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El Gobierno argentino pide a los acreedores privados que acepten su oferta de negociación

"Si no hay acuerdo con los tenedores, avanzaremos con el FMI en un nuevo programa, y con el sector privado volveremos a hablar en seis u ocho meses".

El presidente de Argentina, Alberto Fernández, y el ministro de Economía, Martín Guzmán

El ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán, ha declarado que negociará un ajuste con el Fondo Monetario Interancional (FMI) para un nuevo programa financiero si no alcanza un acuerdo con los acreedores privados, a los que ha pedido comprensión, para reestructurar una parte de la deuda externa dado que el país está al límite de su capacidad de respuesta.

Guzmán ratificó que en términos económicos, Argentina «no tiene la capacidad de ofrecer más» a los tenedores, a quienes adeuda unos 66.239 millones de dólares.

«Si no hay acuerdo con los tenedores, avanzaremos con el FMI en un nuevo programa, y con el sector privado volveremos a hablar en seis u ocho meses, pero con una propuesta de reestructuración más profunda», ha hecho saber en una entrevista publicada este sábado por Página 12.

Sobre el plazo de vencimiento de las negociaciones, el próximo 4 de agosto, Guzmán indicó que el gobierno está evaluando «todas las opciones» para postergar esta fecha límite; no obstante, enfatizó que la propuesta elaborada por el Poder Ejecutivo argentino representa el «máximo» y último esfuerzo respecto a la cantidad de deuda a solventar.

«Estamos evaluando todas las opciones. Habíamos manifestado que estaba la idea de un período de suscripción más largo, que es simplemente una cuestión técnica. Ahora, la realidad es que no hay más en términos de lo que el país puede pagar año por año. Hemos hecho el máximo esfuerzo posible y una oferta que es definitiva sobre la base de ese esfuerzo», ha declarado.

Las tres principales agrupaciones de acreedores, que son el Grupo Argentina Ad Hoc, el Comité de Acreedores de Argentina y el Grupo de Bonistas del Canje, se pide, sin embargo, que sean reconocidos 56 dólares por cada 100 adeudados, en lugar de los 53,4 que propone el Gobierno.

A pesar de que parece una distancia salvable, Guzmán ha recordado que «esos tres dólares se convierten en miles de millones de dólares en una situación de fragilidad y restricciones muy fuertes» y «seguir cediendo implicaría redefinir prioridades».

«La oferta está vigente y los acreedores tienen tiempo de aceptar. Es su decisión sacar al país de una situación de ‘default’ (suspensión de pagos) en la que ya está de forma concreta desde finales de abril de 2018», ha agregado.

Guzmán avisó de que estas redefiniciones alcanzarían a gastos que son esenciales en Argentina; inclusive tener que ajustar en jubilaciones, que implicaría una tensión sobre las reservas internacionales del país que generaría más inestabilidad cambiaria», apuntó.

El país sudamericano mantiene, además, una deuda con el FMI por más de 44.100 millones de dólares como consecuencia del Acuerdo Stand By de acceso elevado convenido a mediados del 2018 durante la administración del entonces presidente Mauricio Macri.

El Gobierno del presidente Alberto Fernández suspendió temporalmente este programa financiero, y ha afirmado que buscará un nuevo acuerdo con el organismo multilateral que permita al país cumplir con los pagos una vez alcanzada la recuperación económica.

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