La previsión que había hecho el Fondo en abril para la región era de 2,5 por ciento.
El FMI señaló que el repunte es impulsado por Brasil, México, Colombia y Chile, aunque aún no brindó sus cálculos para cada uno de los países de la región. Serán divulgados las próximas semanas.
«La revisión en América Latina y el Caribe es al alza, de 0,5 puntos porcentuales en 2022 (respecto de la estimación de abril), gracias a una recuperación más vigorosa en las principales economías (Brasil, México, Colombia, Chile)», explicó el organismo en la actualización de julio del informe Perspectivas de la Economía Mundial, difundida con el título: «Un panorama sombrío y más incierto».
Una posible explicación a la recuperación latinoamericana la dio el 14 de julio la calificadora Moody’s, que previó un efecto «positivo para América Latina» del aumento de los precios globales de las materias primar a causa del conflicto en Ucrania.
Sin embargo, el FMI revisó a la baja la perspectiva de crecimiento del producto bruto interno (PBI) de la región 0,5 puntos porcentuales a un 2 por ciento.
SITUACIÓN MUNDIAL
El crecimiento a nivel mundial se reducirá de 6,1 por ciento en 2021 a 3,2 por ciento este año, pronosticó el FMI, un descenso de 0,4 puntos porcentuales respecto de su previsión de abril.
«Las perspectivas se han oscurecido considerablemente desde abril (…) El mundo puede asomarse pronto al borde una recesión global, sólo dos años después de la última», dijo el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, durante la presentación del informe en Washington, en alusión a la crisis producida por el covid-19 en 2020.
El FMI señaló que durante el segundo trimestre de este año el PBI mundial se contrajo debido a la desaceleración de China y Rusia, mientras que el gasto de los hogares en Estados Unidos no alcanzó las expectativas.
«Varios shocks han sacudido una economía mundial ya debilitada por la pandemia: una inflación superior a lo previsto en todo el mundo -sobre todo en Estados Unidos y las principales economías europeas- que ha provocado el endurecimiento de las condiciones financieras; una desaceleración peor de lo previsto en China, consecuencia de los brotes de la covid-19 y los confinamientos, y las nuevas repercusiones negativas de la guerra en Ucrania», explicó.
El organismo multilateral advirtió que el conflicto en Ucrania podría paralizar las importaciones de gas ruso en Europa y que «la inflación podría ser más difícil de reducir de lo que se esperaba» a nivel mundial.
«Los nuevos brotes de covid-19 y confinamientos, así como un empeoramiento de la crisis en el sector inmobiliario, podrían inhibir aún más el crecimiento en China, y la fragmentación geopolítica podría obstaculizar el comercio y la cooperación mundiales», agregó.
Respecto a la inflación mundial, el FMI actualizó sus pronósticos en 0,9 puntos porcentuales hasta el 8,3 por ciento en 2022 y el 5,7 por ciento en 2023.
El aumento de los precios en 2023 será de 3,3 por ciento en las economías avanzadas y de 7,3 en las en desarrollo, señaló.
El organismo aconsejó que los países recurran a un apoyo fiscal destinado a las personas más vulnerables y a una política macroeconómica desinflacionaria.
Las políticas dirigidas a hacer frente a repercusiones de los precios de la energía y los alimentos deben centrarse en quienes se han visto más afectados, sin distorsionar los precios, agregó.