En una entrevista con Bloomberg recogida por Europa Press, el alto cargo del banco ha explicado que «no necesariamente» se han acabado las subidas, atendiendo a la posibilidad de shocks económicos inesperados, pero desde el organismo son conscientes de que los riesgos de una fuerte desaceleración económica son ahora mayores que la amenaza de una inflación más rápida.
«Vemos signos claros de una marcada desaceleración de la actividad interna desde el último trimestre del año pasado», ha asegurado Villamizar.
El banco central de Colombia sorprendió a la mayoría de los economistas en enero con una subida de 75 puntos básicios, menor de lo esperado, que situó su tipo de interés en el 12,75%. Mientras, la inflación se mantuvo por encima del 13,2% interanual el pasado mes de febrero.
En su proxima reunión de política monetaria, que tendrá lugar el próximo 30 de enero, el Banco de la República podría optar por congelar los tipos o proceder a su decimotercera subida consecutiva.
IMPACTO TARDÍO DE LAS SUBIDAS DE TIPOS
La política monetaria afecta a la producción después de un desfase de entre 9 y 12 meses. Esto significa que las medidas adoptadas por el banco en junio y julio del año pasado, cuando elevó su tipo de interés en 1,5 puntos porcentuales en dos reuniones consecutivas, sólo están empezando a surtir efecto ahora.
«Hemos visto algunas señales cautelosamente optimistas, pero quizá sea demasiado pronto para celebrar», ha comentado Villamizar. Así, a medida que la economía sienta el impacto de las últimas subidas, la inflación comenzará a converger a la meta del 3%, con los precios de los alimentos cayendo del actual 24% interanual hasta un solo dígito hasta final de año.
Sin embargo, entre las proyecciones del banco también se encuentra que Colombia sufrirá una desaceleración, con un crecimiento de menos del 1%.