La decisión canadiense llega un día después de que Donald Trump firmara una orden ejecutiva que impone un arancel del 25% a automóviles, camiones ligeros y autopartes extranjeras, con el argumento de proteger la “seguridad nacional”. La respuesta de Canadá se alinea con esta misma tasa impositiva, aunque con un enfoque más selectivo, ya que excluye ciertos componentes clave de la industria automotriz.
“Hoy anuncio que el Gobierno de Canadá responderá aplicando, al igual que Estados Unidos, aranceles del 25 por ciento a todos los vehículos importados de EEUU que no cumplan con el T-MEC, así como a los de contenido no canadiense”, declaró Carney.
Exclusión de autopartes: el guiño a México
Una de las diferencias centrales entre ambos paquetes arancelarios radica en el tratamiento de las autopartes. Mientras que la orden de Trump grava también estos componentes, Canadá decidió no incluirlos en su medida, dejando fuera explícitamente las piezas fabricadas en México, país que también forma parte del T-MEC.
Esta exclusión apunta a preservar las cadenas de suministro regionales que dependen de un flujo constante de autopartes entre los tres países firmantes del tratado. La medida también puede interpretarse como un intento de evitar tensiones con México, cuyo sector automotriz es clave para la economía nacional.
Canadá responde a los aranceles de Trump con una medida equivalente, pero excluye autopartes mexicanas para no romper la cadena regional de valor del T-MEC
Tensión comercial en Norteamérica
Las nuevas tarifas abren un nuevo capítulo en las tensiones comerciales entre EEUU y Canadá, países que habían alcanzado el T-MEC en 2020 como sustituto del antiguo TLCAN. El nuevo enfoque proteccionista del gobierno de Trump choca con la postura canadiense, más apegada a las reglas del acuerdo.
Aunque ambos países coinciden en defender sus respectivas industrias automotrices, divergen en los métodos: Washington apela a la seguridad nacional, mientras que Ottawa pone el foco en el cumplimiento de los términos del tratado.