«Lula Da Silva, nuevo presidente electo de Brasil. Desde la Coica, aplaudimos la decisión del pueblo brasileño que ha apostado por una nueva visión de Gobierno. Felicitamos e instamos al presidente electo a que los compromisos asumidos en campaña se cumplan», publicó la organización en Twitter.
La Coica está integrada por organizaciones indígenas de los nueve países amazónicos: Brasil, Ecuador, Bolivia, Guyana, Perú, Surinam, Colombia, Venezuela y Guyana Francesa.
Lula se impuso el domingo en las elecciones con el 50,90 por ciento de los votos, contra el 49,10 de su rival, el actual presidente, Jair Bolsonaro, por lo que a partir del 1 de enero asumirá su tercer mandato al frente del Ejecutivo.
En su discurso de victoria, ofrecido la noche del domingo en Sao Paulo, Lula ratificó su compromiso con los pueblos indígenas y señaló que la preservación de la Amazonía podría garantizarse con una apertura a la cooperación internacional.
«Vamos a monitorear la vigilancia de la Amazonía y combatir cualquier actividad ilegal. A la vez, vamos a promover el desarrollo sostenible de las comunidades que allí viven y vamos a probar una vez más que es posible generar riquezas sin destruir el medio ambiente. Estamos abiertos a la cooperación internacional para preservar la Amazonía, pero siempre bajo el liderazgo de Brasil, sin renunciar a nuestra soberanía», planteó el también exmandatario (2003-2011).
El líder del Partido de los Trabajadores (izquierda) aseguró que «Brasil y el planeta necesitan una Amazonía viva».
En ese sentido señaló que «un árbol en pie vale más que toneladas de maderas extraídas ilegalmente, un río de agua limpia vale más que todo el oro extraído a costa del mercurio que mata la fauna y pone en riesgo la vida humana».
«Tenemos un compromiso con los pueblos indígenas, queremos la pacificación ambiental, no nos interesa una guerra por el medio ambiente, pero estamos listos para defenderlo de cualquier amenaza», concluyó.
El presidente electo profundizó en su discurso sobre la idea de generar un desarrollo sostenible para la producción de alimentos, en contraposición al agronegocio que impulsó la candidatura de Jair Bolsonaro en 2017 y que concurrió masivamente a las urnas en las presentes elecciones.