En un comunicado, la ANP informó que los cinco bloques subastados están en la región de la Cuenca de Santos y que generarán unas inversiones de al menos 136,3 millones de reales (24,6 millones de dólares) en los primeros años de los contratos.
Cuatro de los bloques se quedarán en manos íntegramente de Shell Brasil, mientras que uno de ellos (el S-M-1709) se dividirá entre Shell Brasil (70 por ciento) y Ecopetrol (30 por ciento).
Entre las áreas que no recibieron ninguna propuesta por parte de las empresas están los lotes cercanos al archipiélago de Fernando de Noronha.
Estas islas constituyen uno de los principales tesoros naturales de Brasil y colectivos ecologistas alertaron en los últimos días que la explotación de petróleo en sus cercanías supondría un peligro para la fauna marina.
A pesar de la falta de empresas interesadas en la subasta, el director general de la ANP, consideró que fue un éxito, dado que se trataba de ofertas con cierto riesgo.
«Hay que recordar que esta ronda de subastas estaba centrada en nuevas fronteras exploratorias, o sea, áreas con mucho riesgo para empresas del sector (…) el contexto de la industria internacional del petróleo aún es muy desafiador, por lo que no había, ni podía haber, una expectativa de vender todos los bloques», afirmó, según recoge la nota de prensa oficial.
Esta fue la 17ª ronda de licitaciones de la ANP, y estaba planificada para el año pasado, pero fue aplazada por la pandemia del covid-19.
La última subasta se realizó hace dos años, en octubre de 2019, y terminó con apenas 12 bloques vendidos de los 36 ofertados, aunque con un récord de recaudación, 8.915 millones de reales (más de 1.600 millones de dólares) en el bonus de la firma (la cantidad que las empresas pagan al Estado al firmar el contrato).