El descenso de la natalidad en Brasil no es nuevo, pero los datos de 2023 consolidan una tendencia a la baja que ya suma cinco años consecutivos. En comparación, la cifra registrada en 1976 fue de 2.468.667 nacimientos, un número que solo ahora ha vuelto a alcanzarse, a pesar de que la población total del país ha crecido significativamente.
Este fenómeno no responde a una caída abrupta, sino a un cambio estructural en los hábitos reproductivos de la población brasileña. Según el IBGE, las mujeres están aplazando la maternidad y, cuando la emprenden, suelen tener menos hijos que en décadas anteriores.
En 2023, el 39% de las madres brasileñas tenía más de 30 años, frente al 23,9% en 2003
Maternidad tardía y menos embarazos adolescentes
Uno de los datos más relevantes del informe del IBGE es el incremento sostenido en la edad media de las madres. Actualmente, casi 4 de cada 10 nacimientos se producen en mujeres mayores de 30 años, una proporción que ha aumentado significativamente en dos décadas.
Paralelamente, el número de madres adolescentes ha disminuido drásticamente. En 2003, representaban el 20,9% del total; en 2023, solo el 11,8%. Este cambio se relaciona tanto con el acceso a la educación y a métodos anticonceptivos como con transformaciones culturales y económicas.
El porcentaje de madres adolescentes ha caído casi a la mitad en 20 años
Consecuencias y desafíos del envejecimiento demográfico
Este descenso sostenido en los nacimientos anticipa retos estructurales para Brasil: desde la presión sobre el sistema de pensiones hasta la transformación del mercado laboral. Con menos jóvenes ingresando en edad activa y una población que envejece, el país deberá adaptar sus políticas públicas para afrontar un futuro con menor crecimiento poblacional.