La advertencia de Trump sobre un alza arancelaria contra productos brasileños ha activado todas las alarmas en Brasil. Frente a esta amenaza, el presidente Lula ha conseguido una imagen de cohesión con el Congreso que contrasta con las tensiones que enfrenta en el ámbito interno por su plan de ajuste tributario. En un contexto de presión internacional y fragilidad legislativa interna, Brasil opta por proyectar una postura común en defensa de su economía.
Unidad institucional frente a la “agresión” comercial de Trump
El presidente del Senado, David Alcolumbre, calificó la medida anunciada por Trump como una “agresión a Brasil y a los brasileños”. En un mensaje en video, junto al presidente de la Cámara de Diputados, Hugo Motta, y al vicepresidente Geraldo Alckmin, Alcolumbre afirmó: “Defenderemos la soberanía nacional, los empleos y a los empresarios brasileños”.
Motta ratificó el respaldo del Parlamento al Ejecutivo: “Los diputados están listos para estar a la retaguardia del Poder Ejecutivo”. Y aseguró que el Congreso actuará con agilidad si se requiere adoptar medidas de respuesta.
La amenaza arancelaria ha generado una respuesta coordinada entre los tres poderes en defensa de la soberanía económica brasileña
Alckmin recuerda que EEUU tiene superávit comercial con Brasil
El vicepresidente y también ministro de Industria y Comercio, Geraldo Alckmin, criticó duramente la decisión de Trump, a la que tildó de “equívoco”, argumentando que EEUU mantiene un superávit comercial con Brasil.
Según Alckmin, ocho de los diez productos que más exporta EEUU a Brasil no pagan aranceles, y el promedio de tasas para productos estadounidenses se sitúa en un bajo 2,7%.
Alckmin defendió la apertura comercial de Brasil y advirtió que la medida de Trump no se sostiene con base en datos económicos reales
Contraste con la debilidad interna de Lula ante el Congreso
La imagen de unidad institucional que Brasil ha proyectado hacia el exterior choca con las dificultades que enfrenta Lula en el plano interno. Su propuesta de ajuste tributario para reducir el déficit público encuentra resistencia en un Congreso de mayoría conservadora.
Aun así, la amenaza estadounidense ha permitido una rara muestra de cohesión, que podría tener implicaciones políticas de mayor alcance si se mantiene en el tiempo.