En un contexto de crecientes tensiones comerciales, Brasil da un paso firme para defender sus exportaciones. La aprobación de la Ley de Reciprocidad Económica, que autoriza medidas como el aumento de aranceles frente a decisiones unilaterales extranjeras, marca un hito en la estrategia comercial del país. Aunque fue concebida antes del anuncio de Donald Trump, su entrada en vigor podría ser clave para responder a la amenaza estadounidense.
Brasil se blinda ante decisiones unilaterales
La Ley de Reciprocidad Económica fue aprobada en abril por amplia mayoría en el Congreso Nacional, pero requería del decreto presidencial para entrar en vigor. Esa firma llegará este lunes, según confirmó el ministro de la Casa Civil, Rui Costa, quien señaló que la norma estará publicada en una edición extraordinaria del Diario Oficial.
La ley «autoriza al Ejecutivo a adoptar medidas de protección del país cuando medidas extraordinarias sean adoptadas de forma unilateral por otros países contra Brasil», explicó Costa
Con esta ley, el Ejecutivo brasileño podrá adoptar medidas inmediatas, como elevar aranceles a productos importados desde países que impongan restricciones a sus exportaciones.
Respuesta posible a la amenaza de Trump
Aunque las autoridades insisten en que la norma no está dirigida a un país específico, su aplicación podría coincidir con la posible entrada en vigor de aranceles del 50% a las exportaciones brasileñas anunciados por Donald Trump para el próximo 1 de agosto.
La ley «es anterior al anuncio de Trump y no trata en exclusiva las amenazas de EEUU», recordó el ministro Costa
Sin embargo, el momento de su activación refuerza la percepción de que Brasil se prepara para responder con firmeza en un escenario de tensiones comerciales con Estados Unidos.
Una herramienta estructural de defensa económica
El Gobierno de Lula destaca que esta legislación no solo responde a un contexto puntual, sino que busca institucionalizar un marco de protección comercial a largo plazo. En la práctica, permitirá una reacción proporcional y rápida ante políticas comerciales consideradas injustas.
Con este paso, Brasil se suma a otros países emergentes que refuerzan su autonomía económica y su capacidad de reacción ante decisiones externas que afecten a sus intereses.