El Supremo inició este martes el juicio contra Bolsonaro y una treintena de acusados. Según Gonet, la conspiración buscaba impedir la asunción de Lula, desconocer el resultado de las elecciones de 2022 y perpetuar a la ultraderecha en el poder.
El fiscal recordó que la llamada “Operación Contragolpe” reveló reuniones y planes documentados que prueban la preparación del levantamiento. En su opinión, no se necesita una orden firmada por Bolsonaro para configurar el delito: las pruebas de coordinación son suficientes para hablar de golpe de Estado.
“Todos los acusados son responsables”
Durante su alegato, Gonet insistió en que “todos los personajes del proceso son responsables”, aunque el grado de participación solo determinará la pena.
Aseguró que los implicados actuaron de forma concertada en cada etapa de la trama, lo que constituye una organización criminal en sentido penal.
No reprimir este tipo de acciones, advirtió, recrudece los impulsos autoritarios y amenaza el orden democrático.
Los delitos imputados a Bolsonaro
El expresidente afronta cinco acusaciones graves.
Delito imputado | Penas máximas estimadas |
---|---|
Golpe de Estado | 12 años |
Abolición violenta del Estado Democrático de Derecho | 8 años |
Organización criminal armada | 8 años |
Daños cualificados por violencia o amenaza | 10 años |
Deterioro de patrimonio público protegido | 5 años |
Total acumulado | 43 años |
El fiscal subrayó que los hechos “no pueden tratarse como actos menores ni como simples aventuras políticas”, sino como una amenaza directa a la Constitución.
Castigo ejemplar para frenar el autoritarismo
La Fiscalía exige un castigo ejemplar. El propio juez instructor, Alexandre de Moraes, también se ha pronunciado contra cualquier intento de amnistía.
En palabras de Gonet, “no reprimir intentos de este orden pone en riesgo el modo de vida civilizado”.
Este juicio marcará un precedente: la justicia brasileña busca establecer que ningún dirigente puede desafiar el voto popular sin afrontar consecuencias.
La defensa de Bolsonaro sostiene que nunca dio una orden de golpe y que su papel fue solo político. Sin embargo, la Fiscalía insiste en que el plan se diseñó bajo su liderazgo. La sentencia, prevista en las próximas semanas, será determinante para el futuro inmediato de la democracia brasileña.