«En vez de preocuparnos de que las vacunas se agoten, hacemos un pedido vehemente a cada uno de los Sedes (servicios regionales de salud) a que vacunen a la población, y si es que en algún momento se agotan las vacunas totalmente, habremos cumplido nuestro objetivo», dijo el ministro de Salud, Jeyson Auza.
La declaración oficial, en conferencia de prensa, salió al cruce de anuncios de paralización de la vacunación en tres de los nueve departamentos, cuyas autoridades dijeron que ya no tenían vacunas para primeras dosis y que solo continuarían aplicando las segundas dosis pendientes.
Auza dijo que el Gobierno resolvió cambiar el plan original de inmunización, autorizando que todas las vacunas chinas Sinopharm, que son la gran mayoría de los inmunizantes disponibles en el país, sean utilizadas a la brevedad posible como primeras dosis en vez de permanecer almacenadas para futuras segundas aplicaciones.
«Cada vacuna que está en la cadena de frío y no en el cuerpo de un boliviano significa negarle la posibilidad de la seguridad inmunológica», justificó.
Explicó que esa decisión tomaba en cuenta que el fabricante chino ha confirmado para el 23 de junio el envío de un millón de nuevas dosis de Sinopharm, un medicamento que tiene la misma fórmula para sus dos aplicaciones prescritas.
Bolivia aplicó hasta el lunes casi 1,9 millones de vacunas contra el covid-19, de las cuales 1,5 millones fueron primeras dosis, y tenía almacenadas unas 700.000 dosis más.
El laboratorio chino Sinopharm ha provisto hasta ahora a Bolivia 1,7 millones de vacunas.
La campaña de vacunación general contra el covid-19 en el país sudamericano apunta a inmunizar hasta septiembre, con doble dosis, a todas las personas mayores de 18 años, que son poco más de siete millones.