El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), orgullo de la ciencia en América Latina, enfrenta una crisis sin precedentes que amenaza con desmantelar su estructura y expulsar a cientos de investigadores. La política de ajuste fiscal del presidente Javier Milei, que prioriza el superávit y la desaceleración de la inflación, ha golpeado duramente a un sector clave para el desarrollo del país, generando un impacto devastador en la comunidad científica y en la soberanía nacional.
El ajuste que ahoga al Conicet y sus programas clave
El recorte presupuestario implementado por el Gobierno de Javier Milei se tradujo en una reducción del 36% en términos reales en los fondos del Conicet desde 2024. Este ajuste no solo afecta a la institución más prestigiosa de la región, sino también a la Agencia I+D+i, encargada de financiar proyectos de investigación en todo el país. Programas como Construir Ciencia y Equipar Ciencia han sido desmantelados, dejando a numerosos laboratorios sin recursos para sostener sus actividades.
La comunidad científica denuncia que el Ejecutivo ha paralizado casi todos los proyectos de investigación y ha congelado las designaciones de investigadores que ya habían ganado concursos públicos
El dramático éxodo de investigadores: talento que se pierde
El impacto del ajuste no se limita al desfinanciamiento. Miles de científicos y becarios enfrentan sueldos por debajo de la línea de pobreza, con salarios congelados que no superan los 1,2 millones de pesos (987 dólares). Como resultado, las renuncias y la emigración han alcanzado niveles alarmantes: en 2024, las dimisiones en la carrera de investigador científico del Conicet subieron un 24%, y entre los administrativos llegaron al 46%.
“Muchos colegas ya se están yendo a Brasil, México, Colombia y Europa, donde pueden continuar su carrera científica y vivir con dignidad”, reconocen referentes sindicales
Historias de un éxodo forzado: Valeria y la ciencia sin futuro
La situación de Valeria, bióloga de 38 años, refleja el drama de la comunidad científica. Con un doctorado en Farmacia Bioquímica, abandonó su proyecto de oncología molecular por falta de financiamiento y tuvo que sumarse a otro equipo, trabajando muchas horas por un sueldo congelado. “Nos empujan a llevar ese conocimiento a otro país, y eso es lo más injusto”, lamenta.
El efecto dominó en el sistema científico y la amenaza a la soberanía
El recorte no solo golpea al Conicet: instituciones como el INTA y el INTI también sufren recortes y despidos masivos. El presidente del INTA, Ariel Pereda, denunció un “cientificidio” y advirtió que el Gobierno planea despedir a 1.500 empleados y vender terrenos.
La falta de financiamiento y la emigración de investigadores no solo debilitan a la ciencia argentina, sino que comprometen la soberanía nacional, pues la investigación y la innovación dependen cada vez más de actores externos
Un panorama de conflictividad social más allá de la ciencia
El ataque al sistema científico se suma a un escenario social convulsionado. El ajuste fiscal impulsado por Milei también ha generado protestas de jubilados, paro de prestadores de servicios de discapacidad y huelgas en hospitales emblemáticos como el Garrahan.