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Los sindicatos argentinos comienzan a caldear las primarias de 2011

Partida de peones

Faltan casi dos años para las elecciones primarias en Argentina pero algunas piezas del ajedrez político ya toman posiciones. En las últimas semanas han empezado los movimientos de los peones del tablero. Son los sindicatos y, como en el juego, cuentan mucho. Y hasta el 2011 quedan muchos movimientos. Faltan casi dos años para las elecciones primarias en Argentina pero algunas piezas del ajedrez político ya toman posiciones. En las últimas semanas han empezado los movimientos de los peones del tablero. Son los sindicatos y, como en el juego, cuentan mucho. Y hasta el 2011 quedan muchos movimientos.

Los primeros en mover ficha fueron los miembros de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) guiados por Eduardo Delmonte. Este colectivo ha criticado la política económica argentina como muestra de la división existente en el sindicato peronista; después las voces contrarias fueron las de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud (Fesprosa) guiados por Jorge Yabkowski.

El siguiente movimiento de la partida fue el del Partido Justicialista argentino con las quejas a la asignación por hijos a desocupados y trabajadores informales decretada por el gobierno.

Y por último, como ya le tocaba mover a los apoyos de Kirchner, trabajadores afines a la Central General de Trabajadores (CGT) han aportado su participación al conflicto. El sindicato liderado por Hugo Moyano ha bloqueado la distribución de los periódicos La Nación y Clarín.

Muchas voces en Argentina han visto en el bloqueo una acción velada del gobierno contra el diario Clarín, con el que mantiene una relación un tanto complicada desde hace meses. Sin embargo, pese a que esta asociación ha sido históricamente un apoyo para Néstor y Cristina Kirchner, fuentes oficiales del gobierno argentino han desvinculado al ejecutivo de estas acciones.

Incluso la propia presidenta, Cristina Fernández de Kirchner ha movido su torre, su enclave más fuerte al acercarse a la provincia de Santa Fe.

Para este movimiento la presidenta ha impulsado la actividad en la planta de Alvear de la multinacional automovilística General Motors a través del Proyecto Viva.

Con estos fondos, aportados por la administración nacional de la Seguridad Social, se promueve la producción del Chevrolet Agile. El nuevo modelo está destinado a mercados emergentes como la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

Pero más que un movimiento económico se trata de uno político. La provincia de Santa Fe fue la que encumbró a los Kirchner a la política de primer orden. Se trata de su cuna política, sin embargo, desde las elecciones de 2007 la preponderancia del matrimonio en la provincia ha disminuido. En ese sufragio resultó ganador Hermes Binner, convirtiéndose así en el primer gobernador socialista de la Argentina tras 24 años de gobierno consecutivo del Partido Justicialista (de los Kirchner) en la provincia de Santa Fe.

Fuentes empresariales argentinas consideran que el esfuerzo del gobierno Kirchner por mantener abierta la planta de Alvear no es más que una estrategia para reconciliarse con la provincia y volver a captar apoyos en la zona. Así prepararían un colchón blando para una hipotética futura salida de la política nacional para volver a una actividad concentrada en Santa Fe.

Los que pueden darle el empujón necesario para abandonar, a la fuerza, la Casa Rosada a los Kirchner son el matrimonio Duhalde.

La mujer, la senadora nacional Hilda Beatriz González de Duhalde es una de las que más presión ejerce sobre Cristina Fernández.

Por su parte, su marido, el ex presidente Eduardo Duhalde ha anunciado que se va a presentar a las primarias de 2011.

Además ha explicado que colabora con el ex senador radical Rodolfo Terragno en un acuerdo con dirigentes del radicalismo para generar políticas de Estado y vencer a Néstor Kirchner.

Todo este panorama configura una partida en la que los Kirchner representan los reyes de un equipo y los Duhalde el del otro. Para ver quién protagonizará el jaque mate acercándose al Gobierno de la Casa Rosada habrá que esperar hasta 2011. Aún quedan muchos movimientos.

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