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Enrique García, presidente de la CAF

«El proceso de integración latinoamericana no atraviesa por sus mejores momentos»

Enrique García, Presidente de la Corporación Andina de Fomento (CAF) ha conversado con Americaeconomica.com sobre el difícil proceso de integración por el que atraviesa América Latina que actualmente vive uno de sus momentos más complicados. Para el titular del organismo multilateral, la presidencia de turno de España en la UE puede ayudar a agilizar este proceso.Durante su breve estancia en Madrid, el funcionario también ha pasado revista a los temas más candentes de la actualidad económica latinoamericana, las asignaturas pendientes de la región y los proyectos en los que trabaja la CAF. Enrique García, Presidente de la Corporación Andina de Fomento (CAF) ha conversado con Americaeconomica.com sobre el difícil proceso de integración por el que atraviesa América Latina que actualmente vive uno de sus momentos más complicados. Para el titular del organismo multilateral, la presidencia de turno de España en la UE puede ayudar a agilizar este proceso. Durante su breve estancia en Madrid, el funcionario también ha pasado revista a los temas más candentes de la actualidad económica latinoamericana, las asignaturas pendientes de la región y los proyectos en los que trabaja la CAF.

– ¿Cómo ha conseguido América Latina mantenerse a flote frente al grave impacto de la crisis financiera en Europa y EEUU?

– La región ha tenido un crecimiento medio en los dos últimos años cercano al 5%, con superávit fiscal y buenos resultados en la cuenta corriente de la balanza de pagos. Todo esto ha provocado un colchón financiero con reservas internas superiores a los 460.000 millones de dólares. La deuda ya no es uno de los principales problemas de la región. Y la inflación tampoco, salvo en Venezuela y Argentina. El factor China ha tenido mucho que ver en la bonanza de los últimos años.

Entonces, ¿qué le falta a la región para subirse al tren de los países desarrollados?

– Algo imprescindible para coger ese tren es el ahorro y la inversión. El nivel de ahorro de la región es todavía realmente bajo, en torno al 20% del PIB, y su nivel de inversión es del 21%, cuando la cifra debería ser del 27%.

– Un consejo para mejorar este panorama…

– Todos los países deben realizar un esfuerzo muy grande por mejorar la situación, no sólo en el aspecto macro, sino más bien en el ámbito microeconómico. Aquí juega un papel determinante la mejora de las infraestructura, de los sitemas educativos, la innovación y el fortalecimiento institucional. Por otro lado, Latinoamérica debe dar un salto para alejarse del actual modelo comercial. Hay demasiada dependencia y pocas exportaciones, estas muy ligadas a los ciclos económicos.

– Sin embargo, las materias primas han sido el motor de crecimiento de países como Brasil o Venezuela.

Efectivamente. Por un lado este sistema ha sido muy positivo para América Latina en los últimos años, e incluso uno de los factores que ha ayudado a la región a defenderse de los efectos de la crisis global. Sin embargo, hay que pensar en el largo plazo. Y en este largo plazo tiene que haber más diversificación, y para eso se requiere un modelo de ventajas competitivas donde haya más tecnología, innovación y más cadenas productivas. También es muy importante el crecimiento económico, que debe ser siempre de entre el 5% y el 6%. Esta es la única forma de generar un modelo que busque realmente crear oportunidades de empleo. Si hay desempleo y marginalidad social, es muy difícil tener la sostenibilidad económica necesaria.

– ¿Qué papel juega la inversión extranjera en este aspecto?

– Para los países latinoamericanos es fundamental tener acceso a los recursos externos, porque lo que es obvio es que, pese a los grandes esfuerzos, el ahorro nunca llegará a ser suficiente para cubrir las necesidades económicas de algunos países. Hay que competir por los excedentes de países como China, y para ello es necesario contar con iniciativas y políticas apropiadas. Dentro de los recursos externos, un factor decisivo, y no sólo en la parte financiera, es encontrar una estrategia clara de atracción de inversores extranjeros.

– ¿En qué sectores puede contribuir la inversión española al crecimiento latinoamericano?

– Existe un amplísimo campo, pero hay sobre todo un sector en el que las empresas españolas tienen una ventaja competitiva importante: el de las infraestructuras, con las obras públicas y las concesiones en la región. Creo que además, hay que estimular la participación española en otros sectores.

– Algunos empresarios se quejan de la poca seguridad jurídica para invertir en ciertos países…

– Al margen de los problemas que ha habido en algunos países con el tema de las nacionalizaciones, o los cambios regulatorios, en la práctica, cuando hay oportunidades concretas hay una realidad: que al final ninguno de estos países ha dejado de pagar. Sin embargo, estas regiones deben tener claro que en el futuro, si se quiere tener un crecimiento económico de calidad, es indispensable la inversión extranjera. Para eso hay que crear las condiciones adecuadas. Al mismo tiempo, el inversor extranjero debe acercarse a Latinoamérica con un clara visión de permanencia a largo plazo.

– ¿Qué previsiones maneja la CAF sobre el crecimiento económico de la región en 2009 y sobre la evolución de las remesas?

– Las previsiones que manejamos no son tan pesismistas como podían serlo hace seis meses, pero la región en promedio registrará un PIB de entre el 1,5% y el 2,5%. Hay signos positivos, como el caso de Brasil, Perú o Bolivia, que van a tener crecimientos positivos, aunque no magníficos. En cuanto a las remesas, con la recesión en Europa y EEUU se han reducido drásticamente. En Centroamérica o Ecuador ha causado un efecto muy negativo, pero no así tanto para otros países como Brasil o Argentina. En la medida que se reactive la actividad económica, esos flujos van a retomar la senda del crecimiento.

– ¿Y concretamente para Venezuela, uno de los más afectados por la caída de los ingresops petroleros?

– Obviamente el impacto de la crisis ha sido fuerte en Venezuela, pero el país tiene colchones importantes por la bonanza en los años anteriores. No sólo en lo que se refiere a las reservas internacionales, sino también con otros fondos especiales con los que cuenta el país. Es un momento importante para que el Gobierno de HUgo Chávez de un salto hacia acciones concretas para reactivar no únicamente el sector ligado al petróleo sino otros sectores de la economía. Ese es el gran desafío del futuro inmediato en Venezuela.

– ¿En qué momento se encuentran los procesos de integración latinoamericana? Se habla mucho de este aspecto al que tanto contribuye la CAF, pero los conflictos bilaterales sobnfrecuentes en el día a día.

– Creo que el proceso de integración está viviendo un momento relativamente complicado por las diferencias de enfoque en temas que tienen que ver con comercio e inversión. Si bien es difícil, los obstáculos no son insalvables y con paciencia y perseverancia se retomará este proceso. La experiencia europea es interesante. No todos los países tienen la misma ideología, pero hay consenso básico sobre ciertos temas. Hay que retomar esa filsofía en el caso de la Comunidad Andina o el Mercosur.

– ¿Cómo puede ayudar la próxima presidencia de turno de España en la Unión Europea en este proceso?

– Sin duda va a ser algo muy positivo para AMérica Latina, va a a facilitar mucho el diálogo entre ambos lados del Atlántico. Sin embargo, no hay que ser «sobreoptimista». Algunas de las negociaciones que están en marcha llevarán todavía algún tiempo, como las de la Comunidad Andina o el Mercusor con la Unión Europea. Pero el hecho de que España esté a la cabeza va a facilitar muchísimo este proceso.

– ¿Y el ‘factor Obama’ ?

– El presidente estadounidense ha mostrado un carisma y un enfoque muy positivo, ya desde la Cumbre Trinidad y Tobago. Creo que es prematuro hacer un juicio porque al final del día la verdadera relación se va a dar con hechos concretos. hay que observar todavía muchos aspectos, como qué va a pasar en el caso de Hondurs, qué va a pasar con el proteccionismo, con las barreras con los migrantes, etc. Por el momento, sólo hay muy buenas intenciones. Un claro ejemplo de ello es el retraso en la firma de los TLC con Panamá y Colombia, que ha hecho unos esfuerzos enormes y debe haber un sentido de correspondencia para que ese proceso concluya.

– ¿Qué estrategia ha seguido la CAF para fondearse en medio de los efectos de la crisis global?

– Con la calificación de riesgo que tenemos y el prestigio que ha logrado la institución en los últimos años no hemos tenido dificultades en exceso. Hemos tenido que pagar la cuenta de un costo mayor en la captación, pero hemos hecho emisiones muy exitosas. También hemos estado presentes en los mercados nacionales, con emisiones en Perú, Colombia…vemos con satisfacción que los spreads se han reducido de forma muy importante.

– ¿Cuáles son los proyectos que actualmente tienen en cartera?

– Tenemos una gama muy grande y lo principal que manejamos son proyectos de infraestructura, hasta un 40% del total. De esta cifra, el 25% son sectores de infraestructura social y desarrollo. El resto está vinculado a la minería, la industria y la pequeña empresa. Un 65% corresponde a operaciones de riesgo soberano, donde el prestatario es un Estado soberano y otro 35% de riesgo no soberano, privado sin garantía de los Estados. Va de forma directa a las empresas. Pero sin duda alguna, uno de nuestros proyectos estrellas en cartera es la expansión del Canal de Panamá. Este proyecto cuenta además con el mérito añadido del cofinanciamiento entre la CAF, el BID, el Banco de Exportaciones y Desarrollo de Japón, el Banco Mundial y el Banco Europeo de Inversiones. Todos juntos hemos puesto unos 3.000 millones de dólares.

– ¿Cuál es la relación de la CAF con la pymes ?

– Tenemos muy claro que las pequeñas empresas son un factor de integración en la cadena productiva en areas que no son las commodities, sino en otros sectores que tienen un mayor valor agregado, con capaciadad de crear empleo. Otro factor importante es que las pymes constituyen un un mecanismo para mejorar la calidad de vida de mucha gente. Este es un factor decisivo en el fortalecimiento de la democracia, porque la clase media es una condición indispensable para la democracia. Y uno de los principales problemas para América Latina es la mala distribución de la riqueza. Por eso apoyamos a estas empresas muy fuertemente. También tenemos presencia en microfinanzas en más de 17 países en 36 entidades especializadas. Y todas exitosas. Funcionando con mecanismo de mercado.

– ¿Podría hablarme del proceso de capitalización de la CAF?

– Por supuesto. La capitalización en la CAF ha sido un proceso continuo. Los países han demostrado a lo largo de los años su compromiso con el organismo. Actualmente el capital de la CAF asciende a 5.000 millones de dólares. Hace 4 meses se discutió la posibilidad de un aumento y, en efecto, el directorio ha aprobado un aumento adicional de 2.500 millones de dólares, que junto a 1.500 millones que están en marcha (que son pagos de Argentina, Paraguay, Brasil, Uruguay y Panamá) nos lleva a un aumento de 4.000 millones para los próximos cinco años. De aquí a cinco años la CAF va a pasar de un capital y reservas de 5.000 millones a 10.000 millones de dóalres. Eso significa que los activos de la institución, que hoy día son de 15.000 millones de dólares, fácilmente van a poder poder triplicarse. Esto es muy positivo porque vamos a tener capacidad de responder a la demanda que, una vez retomado el sendero de la estabilidad económica, supondrá mucha más inversión.

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