Brasil ha desencantado a sus vecinos al confesar tener aspiraciones nucleares en un período clave para Latinoamérica. Las aspiraciones nucleares de Brasil constituyen una “traición para el espíritu” de Latinoamérica y del Tratado de Tlatelolco, que proscribe armamento de ese tipo en la región, afirmó hoy el internacionalista chileno Raúl Sohr. Brasil ha desencantado a sus vecinos al confesar tener aspiraciones nucleares en un período clave para Latinoamérica. Las aspiraciones nucleares de Brasil constituyen una “traición para el espíritu” de Latinoamérica y del Tratado de Tlatelolco, que proscribe armamento de ese tipo en la región, afirmó hoy el internacionalista chileno Raúl Sohr.
El experto en temas de seguridad y defensa dijo que “hay sectores, sobre todo en el ámbito militar de Brasil, que piensan que poseer armas nucleares correspondería a la posición de Brasil en la escena mundial”. El también columnista y comentarista internacional de la televisión local recordó que Brasil «tiene aspiraciones a ocupar un sillón permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas junto a Estados Unidos, Rusia, China, Gran Bretaña y Francia».
Estas críticas llegan en una etapa delicada para Latinoamérica. Posicionada como una de las regiones más atractivas a pesar de la crisis económica, la importancia geopolítica que ha adquirido Brasil en los últimos meses de la mano de su presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, ha posicionado al país carioca como el líder del continente de cara al exterior.
Además, en la actualidad existe un debate generado por varios expertos en recursos naturales, que han pedido a los gobiernos locales que no privaticen las reservas de gas y petróleo, para que estas fuentes de energía se mantengan en Latinoamérica.
