El Banco Mundial ha advertido a México que su actual sistema de protección social está seriamente amenazado por la economía sumergida. Especialmente, en lo que se refiere a la viabilidad del esquema de pensiones que se resentirá por la falta de unas bases de cotización sólidas. Sin solucionar el problema, los trabajadores ahora en activo se enfrentarán a una jubilación llena de incertidumbre. El Banco Mundial ha advertido a México que su actual sistema de protección social está seriamente amenazado por la economía sumergida. Especialmente, en lo que se refiere a la viabilidad del esquema de pensiones que se resentirá por la falta de unas bases de cotización sólidas. Sin solucionar el problema, los trabajadores ahora en activo se enfrentarán a una jubilación llena de incertidumbre.
La viabilidad financiera del sistema de pensiones mexicano está en entredicho. La actual estructura de éste se basa en una norma, Ley del Seguro Social de 1997, que ha quedado anticuada, ya que no tiene en cuenta la realidad del país. La Ley plantea que los trabajadores deben cumplir 1.200 semanas (24 años) cotizados para acceder a las pensiones.
Un planteamiento que no tiene en cuenta la abundante rotación laboral, las empresas que no registran a sus trabajadores ante el Seguro Social y el funcionamiento por subcontratas que rigen el panorama laboral en México.
La economía informal, aquella que sin ser ilegal queda oculta por razones de elusión fiscal, se ha constituido en un problema estructural para México. La falta de crecimiento económico del país, así como la descentralización productiva favorecen que los desempleados encuentren una fuente de recursos en trabajos no declarados.
Si se continúa con la estructura propuesta por la Ley de 1997, una parte de los trabajadores que actualmente se encuentran en activo no llegaría a percibir una pensión mínima al final de su vida laboral. El Banco Mundial ha advertido a México de su debilidad y ha recomendado la elaboración de un nuevo esquema que ataje el problema.
