La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, se ha visto obligada a ceder a las presiones de los empresarios agropecuarios y ha optado por ‘hacer las paces’ con el sector, un asunto que tenía pendiente desde hacía tiempo. De momento, Cristina les ha concedido una línea de créditos blandos que otorgará el Banco Central del país. La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, se ha visto obligada a ceder a las presiones de los empresarios agropecuarios y ha optado por ‘hacer las paces’ con el sector, un asunto que tenía pendiente desde hacía tiempo. Este gremio pedía que la mandataria tomara iniciativas para solucionar algunos de los problemas financieros a los que se enfrenta el sector. De momento, Cristina les ha concedido una línea de créditos blandos que otorgará el Banco Central del país.
El Banco Central de Argentina ha puesto en marcha una línea de crédito por una suma total de 840 millones de pesos (163 millones de euros). Dicho importe está destinado a financiar el valor de hasta 300 toneladas de trigo por productor. Las condiciones del crédito que recibirán los empresarios agrícolas son bastante razonables: carece de tasas de interés y el plazo de pago es de 180 días. Será el Ministerio de Agricultura el que se encargará de subsidiar el préstamo.
El objetivo de estos créditos es defender el precio real del trigo y evitar que los productores resulten afectados por las grandes compañías del sector “que especulan con las necesidades y ofrecen precios menores a los reales”, ha señalado el ministro de Agricultura, Julián Domínguez. El gobierno de Argentina espera tener para los próximos días una lista con los productores, para luego poder hacerles entrega de los créditos.
El sector agropecuario protagonizó ayer un ‘tractorazo’, una protesta pública en la cual los productores sacaron los tractores a la calle con la finalidad de llamar la atención. Los agricultores pedían con ello una solución a sus problemas. El gremio vive una situación complicada, en la que a los problemas relacionados con la comercialización del trigo se suma el efecto de la sequía que atraviesa Argentina.
Estos productores se encuentran con problemas a la hora de vender sus cosechas, ya que o no pueden venderlas o tienen que hacerlo a un muy bajo coste, que ronda los 60 centavos de peso (11 céntimos de euro) por cada kilo de trigo. Mientras, el consumidor paga el pan en torno a 6 u 8 pesos (entre 1,16 y 1,55 euros) el kilo.
El presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi, responsabilizó ayer de esta situación al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. El titular beneficia, según la opinión de Buzzi, a las multinacionales del comercio de granos de trigo, en perjuicio del productor agropecuario.
Hoy, como decíamos, se lanzará la nueva línea de crédito. El lanzamiento se producirá un día antes de que Julián Domínguez reciba por primera vez en el año a los miembros de la mesa de enlace agropecuaria. Dicho encuentro tendría como uno de sus temas estrella la comercialización del trigo.
