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Brasil se suma a las presiones de EEUU para que China aprecie el yuan

La sobrevaloración del real podría convertir a Brasil en un aliado de EEUU en un tema clave para la economía: presionar a China para que fortalezca su moneda y hacer así frente a los desequilibrios comerciales. El flamante ministro de Comercio del país latinoamericano, Fernando Pimentel, ha asegurado que el nuevo Gobierno tiene la intención de incluir la debilidad del yuan en la agenda de la presidenta Dilma Rousseff durante su viaje a Beijing el próximo mes de abril. La sobrevaloración del real podría convertir a Brasil en un aliado de EEUU en un tema clave para la economía: presionar a China para que fortalezca su moneda y hacer así frente a los desequilibrios comerciales. El flamante ministro de Comercio del país latinoamericano, Fernando Pimentel, ha asegurado que el nuevo Gobierno tiene la intención de incluir la debilidad del yuan en la agenda de la presidenta Dilma Rousseff durante su viaje a Beijing el próximo mes de abril.

Brasil ha sido muy crítico con aquellos países que pueden haber manipulado sus divisas. Recientemente, algunos funcionarios brasileños han diferido sus duros comentarios a EEUU, que imprime dólares para reducir los tipos de interés a largo plazo, sin afectar a China, un mercado de creciente importancia para Brasil, sobre todo en el terreno de las materias primas. Pero esto podría cambiar.

El pais latinoamericano ha coqueteado con ambos bandos en la lucha que mantienen EEUU y China en el mercado de divisas. A veces se alinea con Washington en sus críticas hacia Beijing y otras apoya al gigante asiático cuando critica la política monetaria de la primera potencia mundial. Brasil tiene poder en este conflicto. El apetito chino por las materias primas brasileñas, como el hierro, han desplazado a EEUU como primer socio comercial de Brasil en favor de china. A su vez, las compañías del país asiático buscan acceso a industrias de rápido crecimiento, como el petróleo.

China ha tratado de sacudirse las críticas de Washington hacia su moneda al afirmar que EEUU es una rica e industrializada nación, pero esta afirmación no sirve para el caso de Brasil.

“China puede ser más sensible a lo que otros grandes países emergentes puedan pensar de su moneda”, afirma William Cline, un miembro senior del Instituto Peterson de Economía Internacional en declaraciones a The Wall Street Journal.

El cambio de política pone de relieve la preocupación del Gobierno de Rousseff sobre el real, que se ha revalorizado casi un 35% desde principios de 2009. Una moneda fuerte perjudica a los exportadores y complica que los fabricantes nacionales puedan competir con importaciones más baratas procedentes de China.

Pese a todo, las autoridades chinas podrían permitir que el yuan se aprecie un 5% en 2011 frente al dólar, según las previsiones de fuentes anónimas de esta industria que cita el diario estatal China Securities Journal. Esto supondría una aceleración en el ritmo de apreciación con respecto a la del año anterior. En el último semestre, la divisa china repuntó un 3,5% frente al billete verde.

Las empresas españolas sacan partido de la visita del vicepresidente chino

Las multinacionales españolas aprovecharán la visita del vicepresidente chino, Li Keqiang, a Madrid para reforzar su apuesta por el gigante asiático y aprovechar así su fuerte crecimiento económico frente a la parálisis del mercado doméstico. Li, el hombre llamado a suceder al actual primer ministro, desayunará mañana con un centenar de empresarios y cerrará varios acuerdos comerciales.

Repsol, Telefónica y Gamesa lideran la ofensiva de los grandes grupos españoles en China, donde han establecido alianzas a largo plazo. El listado es cada vez más extenso, pero España todavía está lejos de ser un socio preferente de la superpotencia. Representa menos del 1% (145 millones de euros) de la inversión directa extranjera de China en el resto del mundo y el 4,6% en la UE, según Invest in Spain. En el lado contrario, la inversión de las empresas españolas en el país no llega al 2% del total.

Por el momento, el presidente de Repsol YPF, Antonio Brufau, y su homólogo en la petrolera china Sinopec, Su Shulin, han mantenido hoy una reunión en Madrid en la que los directivos analizaron futuras colaboraciones entre ambas compañías. Según Repsol, supone la primera reunión conjunta, al más alto nivel, entre ambas compañías tras el acuerdo alcanzado en Brasil. Además, la visita del viceprimer ministro chino ha traído la primera buena noticia de 2011 para el Gobierno de Zapatero. China seguirá comprando deuda española. Su llegada se produce también justo un mes antes de que llegue a Madrid la canciller alemana, Angela Merkel.

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