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Ciencia y razón

Horizontes de innovacción

Todos los economistas están de acuerdo en que la innovación constituye un elemento esencial en el desarrollo de los países y que será también un elemento imprescindible para salir de la actual crisis, en la que nos encontramos sumergidos. Todos los economistas están de acuerdo en que la innovación constituye un elemento esencial en el desarrollo de los países y que será también un elemento imprescindible para salir de la actual crisis, en la que nos encontramos sumergidos.

Dentro de este espíritu, ha surgido la idea de mezclar, de combinar, energías que sean respetuosas con el medio ambiente. Así ha surgido Solargas como un proyecto en el que se combina un combustible limpio como es el gas con una energía renovable como es la solar. Este proyecto comenzó a desarrollarse hace dos años. Se trata de aprovechar un combustible limpio con una energía renovable, como es la solar, lo que da lugar también a un importante ahorro energético. Y como afirma un experto, “la propia naturaleza del producto que es la suma de la energía solar más la energía del gas supone una apuesta decisiva por la sostenibilidad”. Todo ello ha dado lugar a un libro que describe una serie de soluciones para el mercado residencial a base de estas dos energías.

Repsol Nuevas Energías y el Ente Vasco de la Energía (EVE) han constituido en Bilbao una empresa participada al 50% por cada una de ellas y que se encargará de crear una red de recarga de vehículos eléctricos en Euskadi. Con sede en Bilbao, esta empresa nace con el objetivo de ser la empresa líder en Euskadi en la prestación de servicios de movilidad eléctrica y en el número de puntos de recarga en el ámbito público. El desarrollo del vehículo eléctrico se fundamenta en tres pilares principales de creciente relevancia que son: medio ambiente, dependencia energética y desarrollo industrial.

En esta línea de preocupación por el medio ambiente, son importantes las palabras del presidente norteamericano, Obama : la tecnología verde “nos ayudará a transformar nuestras industrias y sacar al país de la crisis económica mediante la creación de cinco millones de nuevos puestos de trabajos ‘verdes’ que estarán bien remunerados y no podrán trasladarse a otros sitios”. También, el primer ministro británico, Gordon Brown, ha pedido el establecimiento de un “nuevo acuerdo verde” internacional para crear una “recuperación baja en carbono. Naciones Unidas quiere que el uno por ciento del PIB mundial se dedique a iniciativas ecológicas. Los países ricos como Canadá, Japón y Corea del Sur están cumpliendo ese deseo y gastando miles de millones de dólares en promover proyectos beneficiosos para el medio ambiente. Pero, probablemente, las cosas no sean tan sencillas. Todo lo que se regule dentro de la línea anticarbono creará empleo pero también lo destruirá, al mismo tiempo. Por ejemplo, Estados Unidos, dada las actuales dependencias del país de unas centrales eléctricas baratas y que funcionan con carbón, los topes de emisiones de carbono darán lugar a unos precios altos para la electricidad. Y las empresas más antiguas tendrán que afrontar costes más elevados, lo que les puede obligar a cerrar o a buscar otros países donde la electricidad sea más barata y las normativas sobre el carbón menos estrictas. Las mismas normas, que quizás destruyan empleo en la industria pesada servirán para estimular la fabricación de toda una serie de nuevos productos, como paneles solares, electrodomésticos y vehículos preparados para el ahorro de energía.

Inclusive China que tiene unos niveles de contaminación del aire y del agua muy elevados, ha impuesto unas nuevas normas muy estrictas sobre el ahorro de combustible y así amenaza con superar a Estados Unidos en el proceso de hacerse ‘verde’.

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