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Los cocaleros de Evo Morales se enfrentan a la iglesia

El sindicato cocalero de Chapare, liderado por el presidente boliviano Evo Morales, dio ayer un ultimátum de 48 horas al arzobispo de Cochabamba, Tito Solari, para que se retracte de unas declaraciones en las que aseguraba que los estudiantes de la región trafican con droga. La Conferencia Episcopal ha dado su apoyo a la afirmación del arzobispo, a quien, sin embargo, los cocaleros han exigido que rectifique o abandone el país. El sindicato cocalero de Chapare, liderado por el presidente boliviano Evo Morales, dio ayer un ultimátum de 48 horas al arzobispo de Cochabamba, Tito Solari, para que se retracte de unas declaraciones en las que aseguraba que los estudiantes de la región trafican con droga. La Conferencia Episcopal ha dado su apoyo a la afirmación del arzobispo, a quien, sin embargo, los cocaleros han exigido que rectifique o abandone el país.

Solari aseguró sentir «una preocupación grande, porque hay jóvenes de los colegios de secundaria (de Villa Tunari, en el Chapare, centro de Bolivia) que, en la noche, salen para trabajar en el tráfico de cocaína». Estas palabras han hecho saltar el resorte de los cocaleros de la región contra el arzobispo, al que el pasado martes dieron un plazo de 48 horas para rectificar.

El Gobierno de Evo Morales reconoció recientemente que se siembra y recoge demasiada coca en Bolivia y estimaron que entre el 35 y 40% de la coca producida en el país se desvía al narcotráfico. Morales, líder de los cocaleros de Chaparé, no se ha pronunciado sobre la palabras del arzobispo. Sin embargo, el vicepresidente del sindicato, Gualberto Bustamante, ha solicitado, visiblemente molesto, que rectifique o vuelva a su país de procedencia, Italia.

El viceministro de Régimen Interior, Felipe Cáceres, calificó el lunes de «inaceptables» las declaraciones y aseguró que detrás de las mismas está Estados Unidos. Sin embargo, la Conferencia episcopal ha querido hoy dar su respaldo al prelado asegurando que sus palabras “buscan defender la integridad y dignidad de las personas, especialmente de los jóvenes”.

Morales anunció la intención del Gobierno de erradicar 8.000 hectáreas de plantaciones de coca. El combate contra los narcotraficantes en un país netamente pobre es compleja por falta de medios. Los narcotraficantes, con un negocio tan altamente lucrativo, están mejor preparados que los propios policías. El problema, en la lógica del Gobierno, solo puede resolverse en origen, en las propias plantaciones.

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