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Argentina y Uruguay retoman la polémica de la contaminación en el Rio Uruguay

Uruguay y Argentina mantuvieron el pasado año una dura pugna por el establecimiento de industrias contaminantes, principalmente de una fábrica de producción de papel, en el Rio Uruguay. La polémica parece haber regresado. El presidente uruguayo, José Mujica, ha asegurado que si se establecen parámetros de control exhaustivos, no quedaría en pie una sola industria. Uruguay y Argentina mantuvieron el pasado año una dura pugna por el establecimiento de industrias contaminantes, principalmente de una fábrica de producción de papel, en el Rio Uruguay. La polémica parece haber regresado. El presidente uruguayo, José Mujica, ha asegurado que si se establecen parámetros de control exhaustivos, no quedaría en pie una sola industria. Por su parte, el ministro de Exteriores argentino asegura que Argentina presentó un proyecto que Uruguay no se ha dignado a estudiar y debatir.

“Si apretamos el clavo no queda una sola industria en el Río Uruguay”, ha asegurado el presidente José Mujica haciendo referencia a la polemica que se registró entre Uruguay y Argentina en los últimos días por el monitoreo de UPM (ex Botnia). Las demoras en el inicio de los trabajos de los técnicos en el interior de la planta generó molestias en Argentina y ahora ambos gobiernos, por lo que han decidido darse un plazo de 10 días más para presentar un plan de monitoreo.

El presidente Mujica se mostró partidario de la “negociación” ante todo. Por su parte, el ministro de exteriores argentino, Héctor Timerman dijo al portal argentino Infobae que “Argentina elaboró un proyecto y Uruguay jamás hizo una propuesta ni se interesó en discutir».

Las declaraciones del presidente uruguayo fueron realizadas tras inaugurar este miércoles la planta de energía de ALUR en Bella Unión.

Las discrepancias entre ambos gobiernos surgieron luego que los científicos que conforman la comisión bilateral de monitoreo no lograran un acuerdo en la forma de implementar los trabajos. Por un lado, los técnicos argentinos pretenden que se realice un monitoreo constante de la planta con sensores que midan los parámetros de impacto ambiental las 24 horas y los 365 días del año. Sin embargo, los científicos uruguayos consideran que el planteo es imposible de aplicar porque va más allá de lo acordado, informó el diario uruguayo “El País”.

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