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Perú frenó en 1987, un intentó de nacionalización de la banca

Vargas Llosa, Polar y Bancoro

Nuestro colaborador, Juan Carlos Zapata, se suma hoy a los homenajes que se le han concedido en todo el mundo al flamante Premio Nobel Mario Vargas Llosa. Con su punzante estilo habitual, Zapata nos recuerda un episodio de la vida del escritor que sucedió en Caracas, a finales de la década de los ochenta del pasado siglo, del que quizá se pueden sacar algunas consecuencias que quizá resulten útiles en este mismo momento. Nuestro colaborador, Juan Carlos Zapata, se suma hoy a los homenajes que se le han concedido en todo el mundo al flamante Premio Nobel Mario Vargas Llosa. Con su punzante estilo habitual, Zapata nos recuerda un episodio de la vida del escritor que sucedió en Caracas, a finales de la década de los ochenta del pasado siglo, del que quizá se pueden sacar algunas consecuencias que quizá resulten útiles en este mismo momento.

I

Es 1989. No cualquier año. El año de la coronación de Carlos Andrés Pérez. Por el Hotel Caracas Hilton desfilaron Fidel Castro, Daniel Ortega. Las periodistas deliran por el sandinista. Los de más edad por el cubano. La democracia los recibe con amplitud. En una semana, en el mismo lugar, Mario Vargas Llosa. El liberal. Es 17 de febrero. Faltan 10 días para el caracazo. Entonces Vargas Llosa, que desde 1967 viene visitando y hablando en Caracas de literatura y política, esta vez enfoca en serio el futuro, las reformas políticas y económicas. Es un evento de Cedice, y con esas palabras, el hoy Premio Nobel marca una especie de pauta personal, y de pauta hacia el colectivo venezolano. Ya no será sólo el novelista, sino también una voz autorizada para hablarle al país, a América Latina.

Era y no era candidato presidencial. Iba en camino de hacerlo. De hecho, Caracas era una plaza clave en el voto peruano como Madrid lo es ahora para el voto ecuatoriano y boliviano, o Florida, Panamá y Bogotá comienzan a serlo para el voto venezolano. No hay duda de que es el máximo líder del Frente Democrático. Asumía el reto de los cambios y las reformas económicas, y era allí donde observaba los riesgos, pues adelantar reformas estructurales en democracia es como caminar en el filo de la navaja.

Para ejemplo, el gobierno de Carlos Andrés Pérez con el Caracazo estallándole en la cara. Va explotar Caracas. Y van a venir los saqueos. Y los muertos con el Ejército en la calle. Y en todo ese ambiente, la vitrina democrática venezolana se va a romper.

II

En el evento de ese 17 de febrero, Vargas Llosa anticipaba que:

-Las reformas que hay que hacer no van a traer en un primer momento beneficios, van a traer sobre todo sacrificios. En un primer momento hay que pasar por un periodo de grandes sacrificios. Hay que impedir que quienes han depositado la confianza en esas reformas, pierdan la ilusión, pierdan la esperanza ante el costo que esa reforma significa.

Palabras premonitorias. Realismo mágico. Vargas Llosa es como si oliera la pólvora, oliera el sudor, sintiera la sangre y escuchara el desastre, los gritos, los disparos, los vidrios y los espejos romperse.

Pero allí estaba él hablando Margaret Thatcher y sus reformas. Hablando de la necesidad de que no sólo los políticos sino técnicos, profesionales, ciudadanos, incursionen en esa tierra de .sinsabores. llamada política para poder ejecutar los cambios, y .adecentar esa actividad por lo general sucia e indecente que es la política de nuestros países.. ¿Y cómo se hace eso? ¿Cómo se limpia? Con .gente limpia y decente..

Más de 500 personas lo escuchaban. Más de 500 personas metidas en sus palabras. La prensa toda recogería el discurso, sólo que los saqueos, la violencia de esos días, también enterrarían el discurso. Un discurso que reclamaba que en Perú se cumpliera la Constitución, llevando a cabo .una genuina economía de mercado.. Y no hay que dudarlo, con las reformas de Fujimori, Toledo y Alan García, Perú se ha consolidado como una de las economías más prósperas de la región, dejando atrás una época amarga de intervenciones, inflación, estatizaciones, y rancio populismo.

Decía Vargas Llosa que si a la libertad política, .con la que hoy día están comprometidos los latinoamericanos, no le añadimos y no la enriquecemos con una libertad también en el campo económico, la suerte de la democracia en América Latina puede ser precaria..

-Es fundamental que el pueblo latinoamericano, constituido en su inmensa mayoría por gentes pobres, por gentes que tienen tremendas dificultades y cuyos niveles de vida a veces están por debajo de lo mínimamente decente, vea que la democracia no sólo significa libertad política, derecho a criticar a los gobiernos, derecho a participar en elecciones libres y a tener organismos representativos, sino que es también un sistema a través del cual un hombre puede prosperar, mejorar su nivel de vida, crearse una situación mejor que aquella que heredó y legar a sus hijos una situación mejor la que él mismo tuvo.

III

Dos años atrás, julio de 1987, el primer gobierno de Alán García había decretado la estatización de la banca. Y lo que se vendía como una medida a favor del pueblo, fue rechazada por el pueblo. Los empleados. Los trabajadores. Gente humilde, contaba Vargas Llosa, salieron a protestar. .No queremos ser nacionalizados., decían los carteles que portaban. .No queremos que nos estaticen.. Esa reacción, contaba Vargas Llosa, es la que lo llenaba de optimismo para pensar que era posible otro Perú.

-En el mundo los banqueros tienen fama de representar no sólo el poder económico, sino también el egoísmo, la defensa del puro interés. (Aquí, Chávez, Giordani, lo menos que les han dicho es que son especuladores).

Pero la medida, aprobada por el Parlamento peruano, estaba allí, dos años después, sin poder aplicarse, gracias a la resistencia civil y ciudadana, un poco lo que ha ocurrido en Venezuela con el caso Polar: sólo la protesta de los trabajadores y el sentimiento del país por un grupo, por una marca, por muchos productos formando parte de la tradición nacional, retrasaron la medida de expropiación.

-No está planteada la expropiación de Polar .ha dicho el vicepresidente Elías Jaua.

En Falcón, hay un pueblo en protesta tratando de revertir la medida de intervención de Bancoro, o al menos que se busque una solución mediante la cual la entidad siga siendo un factor clave en la economía regional. Hasta ahora, en dos años de intervenciones bancarias, no se habían registrado protestas en masa, por la calles, en la plaza. En Falcón ocurre algo extraño.

-No queremos pasar a ser funcionarios públicos .decía Vargas Llosa que voceaba la gente .A nosotros el gobierno no nos va a contar el cuento de que una empresa estatizada va a beneficiar a los pobres, los humiles.

Y añadía: Fue .una protesta instantánea y nacional. Una protesta que tuvo el carácter de una bola de nieve que, en pocos días, movilizó a la opinión pública.Es una experiencia verdaderamente estimulante, porque fueron los pobres de un país pobre quienes con su coraje, con su resolución, detuvieron una medida que hubiera podido destruir nuestro sistema democrático, prostituir la democracia peruana y convertirla en una democracia manipulada.

(¿A qué se parece?)

IV

Al final, en Perú, Alan García salió del poder, perdió Vargas Llosa las elecciones, ganó Fujimori quien luego se fue por el camino del autogolpe y del autoritarismo. (Yo soy amigo de Chávez, me dijo Fujimori en el año 2.000 en Nueva York). Pero el milagro es que García volvió al poder para hacer todo lo contrario de su primera gestión, y sus predecesores, Toledo e incluyendo Fujimori, optaron por el camino de las reformas.

Diez años, después, en la víspera del triunfo de Chávez, regresó al país, otra vez en plan de conferencista, invitado de nuevo por Cedice. Perú seguía en manos de Fujimori y Vargas Llosa lamentaba el fracaso de las reformas políticas y económicas en los países latinoamericanos, y se quejaba de la ausencia de justicia social. Las privatizaciones, por ejemplo, aprovechadas para los negocios de unos pocos.

-Eso explica .decía- algunos de los cataclismos que ha experimentado la cultura de libertad en América Latina. Eso explica el colapso de la democracia en mi país, donde sólo después de 12 años de haber restaurado el sistema de legalidad y de libertad volvió a colapsar, esta vez con la complicidad de un Presidente elegido, colisionado con las tradicionales fuerzas militares, que son las que hoy en día desde la sombra gobiernan el Perú.

Y de manera premonitoria apuntaba:

-Y eso es lo que podría ocurrir en Venezuela si los venezolanos no se mantienen movilizados en defensa de ese bien precioso, el más valioso con el que puede contar un país, que es la democracia. Una democracia que aquí ha sido imperfecta, quién lo niega. Los liberales venezolanos lo saben mejor que nadie.

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