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China e India apuntalan la economía latinoamericana, que deja atrás la dependencia de EEUU

Asia empuja a América

La irrupción de China e India en el panorama internacional ha trastocado la situación de Latinoamérica, la cual se encuentra en un momento económico sin precedentes en su historia. Las nuevas relaciones comerciales con los dos países asiáticos han conseguido que la región latina se pueda despegar de la dependencia con respecto EEUU y los países occidentales, dando el empujón que necesitaba América latina para despegar libremente. China e India sólo apuntalan el largo camino recorrido por las economías latinoamericanas. La irrupción de China e India en el panorama internacional ha trastocado la situación de Latinoamérica, la cual se encuentra en un momento económico sin precedentes en su historia. Las nuevas relaciones comerciales con los dos países asiáticos han conseguido que la región latina se pueda despegar de la dependencia con respecto EEUU y los países occidentales, dando el empujón que necesitaba América latina para despegar libremente. China e India sólo apuntalan el largo camino recorrido por las economías latinoamericanas.

La relación entre América Latina y EEUU empieza a ser cada vez más distante, algo impensable hace pocos años. La dependencia que antes existía respecto a los vecinos del norte comienza a desaparecer. Debemos buscar la explicación en las relaciones comerciales que han logrado con dos de los grandes asiáticos, India y China.

La explosión económica de ambos países ha llegado hasta América Latina, siendo igual de beneficiosa para ambas partes. Las dos regiones son complementarias: América Latina dispone de los recursos naturales y productos agrícolas que China e India necesitan para alimentar su crecimiento.

Para comprobar este cambio de aires, basta con decir que China será, para mediados de 2011, el segundo mayor aliado comercial de la región, según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), superando a la Unión Europea y teniendo sólo por delante a EEUU, el cual sigue teniendo inamovibles sus negocios.

La economía china ha contribuido a la bonanza experimentada por la región en los últimos años. En su historia reciente, América Latina hay dispuesto de tres apoyos: hasta los años ochenta su principal punto de apoyo comercial fue EE UU; en los noventa el protagonismo se lo quedaron las inversiones directas de Europa y, en particular, de los españoles; ahora es China el principal aliado.

Por la parte de India, la inversión más importante en el exterior por una empresa india en 2006 fue en América Latina, por un importe cercano a 2.000 millones de euros por parte de Jindal Steel and Power, emblemática del creciente apetito inversor en el exterior por parte de los grupos indios. Como en el caso de las empresas chinas, el interés indio por América Latina se centra en el sector de materias primas, concretamente en el minero.

América Latina ha andado por un camino lleno de obstáculos, tropezando con la misma piedra repetidas veces, sin conseguir avanzar a una situación más satisfactoria. En las últimas décadas, se ha lavado la cara y ahora parece que hablamos de otras naciones. Relacionábamos país subdesarrollado con América Latina. Ya no volverá a suceder.

Los países latinos han dado un paso adelante y han dejado claro que aquí están para quedarse. Les ha costado, pero hay que admitir que han sido valientes. Debemos marcar el primer paso de esta evolución en el nacimiento de las democracias. Desde que se dejó atrás las dictaduras, los totalitarismos, los mangoneos y los dictadores de turno, la situación sólo ha ido para bien.

La democracia ha hecho que las normas se regulen, habiendo reformas fiscales que dan seguridad a los inversores. Como podemos comprobar actualmente, la inversión extranjera directa ha aumentado considerablemente, siendo fundamental en muchas regiones para el crecimiento de las economías.

A ello acompañó la apertura económica de la gran mayoría de los países, lo cuales empezaron a recibir gran cantidad inversión directa. El aumento de capital provocó dos consecuencias claras e importantes: el aumento del empleo estable y la caída de la deuda externa, tan agravante para la región latina, la cual necesitó durante muchos años de préstamos exteriores.

La buena situación consigue que se avance en la industria y en la tecnología, equiparándose con el resto de países desarrollados. Empiezan también a integrarse entre ellos, dando como resultado Mercosur o Unasur. El aumento de las relaciones comerciales entre los diferentes países latinoamericanos provoca una disminución de la dependencia de ciertos servicios exteriores, que antes eran provistos por EEUU o Europa.

El largo recorrido que sufrido América Latina se ve reflejado en este presente, en el cual, se benefician de la crisis en vez de padecerla. Esa es la gran diferencia entre seguir siendo un esclavo de la bandera de las barras y estrellas a tener nuevos socios comerciales tan poderosos como China o India.

No todo ha cambiado para bien. Las desigualdades sociales siguen siendo la asignatura pendiente de la región, la cual, habiendo salido del término subdesarrollado, continúa con problemas entre su población.

Tampoco podemos dejar de mencionar la caída de esta semana de las Bolsas ante la noticia de la menor venta de vivienda en EEUU. Refleja claramente que aún sigue siendo afectados por los que suceda en el hemisferio norte. Tampoco es de extrañar, ya que sigue afectando a países como Alemania o Inglaterra.

Latinoamérica vive una oportunidad que no puede dejar escapar. La consecución del octavo puesto mundial por parte de Brasil demuestra que, junto con India y China, pueden convertir el predominio de EEUU y Europa en un diálogo multipolar.

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