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El escándalo alimentario que estremece a Venezuela siembra la división en el entorno de Hugo Chávez

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Nuestro colaborador, Juan Carlos Zapata, nos ofrece hoy una nueva entrega sobre las consecuencias que ha tenido en el entorno de Hugo Chávez el escándalo de las toneladas de comida podrida que Pdval, la filial alimentaria de Petróleos de Venezuela, no llegó a distribuir. En este nuevo artículo sobre el caso, Zapata describe como la pólemica ha descolocado tanto al Gobierno como al propio presidente y ha provocado un enfrentamiento entre poderes que ha hecho salir a flote nuevas denuncias de corrupción. Nuestro colaborador, Juan Carlos Zapata, nos ofrece hoy una nueva entrega sobre las consecuencias que ha tenido en el entono del Hugo Chávez el escándalo de las toneladas de comida podrida que Pdval, la filial alimentaria de Petróleos de Venezuela, no llegó a distribuir. En este nuevo artículo sobre el caso, Zapata describe como la pólemia ha descolocado tanto al Gobierno como al propio propio presidente y ha provocado un enfrentamiento entre poderes que ha hecho salir a flote nuevas denuncias de corrupción.

Uno (I).

Este Gobierno, quizá cuenta con el mejor comunicador del mundo, pero el caso de la comida podrida se les ha salido de madre. Este Gobierno con todos los medios del mundo, sin poder contrarrestar la matriz que los arrastra a todos.

Porque hay que hablar de todos. El todo contra todos. La olla se destapó, y no hay quien recoja el guiso. El vicepresidente Elías Jaua ha tomado distancia prudente. Claro, los dedos lo señalan como el iniciador del gran conflicto.

En los cuarteles de Rafael Ramírez hay desconcierto. Se hunde el barco, capitán. Citgo no pudo colocar papeles. Petróleos de Venezuela (PDVSA) se endeuda más. Aparece un pagaré de 4.000 millones de dólares en el Banco Central de Venezuela. La plata. La plata. La deuda.

Miren que hasta Alí Rodríguez tuvo que salir a defender a quien un tiempo fue su ahijado. “Hombre honorable”, dijo el ministro eléctrico, y esa declaración es un apagón completo, pues se sabe, en lo interno, de la vieja deuda de Rafael Ramírez con Alí, una anterior rencilla, una anterior obstinación de Alí, de cuando Rafael, hijo de sus amigos los Ramírez de Trujillo, sobrino del legendario Diego Salazar, comenzaba a ascender en la nomenklatura del poder chavista. Ya se puede ver con qué intención Alí lo defiende ahora. Te cobro.

Como la defensa de Chávez. Defiéndete, Rafael. Y éste que nada. Va al programa de Rangel y ¿qué hace? Hablar de los niveles técnicos de PDVSA. Pero si ese no es el tema. Ya de PDVSA se sabe bastante, chico. El asunto es otro. PDVAL. Además, si vas a hablar de PDVSA, habla de la deuda, del pagaré secreto en el BCV.

Dos (II)

No pueden hablar. Cuando alguien abre la boca, se hunden más. Que si no había capacidad de distribución. ¿Y? Que si Bolipuertos colapsó. ¿Y? Ahora viene Eliécer Otaiza y habla de gobierno paralelo. Pues claro. Eso no está en duda. Las redes paralelas de la corrupción.

Pero lo curioso es que Otaiza en declaraciones a Ultimas Noticias, introduce otro elemento de corrupción. Resulta que el gran Ramón Carrizales fue “nefasto”, y es “déspota” y “bastante ignorante” y hasta al parecer estaba incurso en “algunos negocios” con contrataciones públicas.

Se despeja en parte el gran secreto de la salida de Carrizales de la vicepresidencia, aunque lo de Otaiza y Carrizales es una vieja pelea por la reforma de la Ley de Contrataciones. Pero así no se puede. Por esta vía, todos terminarán metidos en el mismo saco de la corrupción. Gobierno paralelo. ¿Y por qué Otaiza no informa de esto a la fiscal General?

Pues la fiscal se queja, y le saca la alfombra al contralor. Este no informó de nada a la Fiscalía, dice Luisa Ortega Díaz, desmintiendo las supuestas alertas tempranas de Clodosvaldo Russián. Y éste molesto, filtra la información de que sí habló, y peor, en el informe 2009 de la Contraloría está el germen del caso, y lo peor de lo peor, la Fiscalía no lee a la Contraloría, por tanto, la institucionalidad no funciona, y la fiscal y el contralor ahora pelean.

En todo caso, hay que pensar –pensar mal- que en todo caso si el contralor hubiese informado, tampoco el caso hubiese avanzado, como no avanzan las averiguaciones contra Diosdado Cabello, y Rangel Avalos, y la familia Chávez en Barinas, y paremos de contar.

Y todo porque la fiscal ya exculpa a Ramírez y señala a Luis Pulido. La responsabilidad penal no se hereda. Cierto, y ¿por qué le quitaron PDVAL a Ramírez? ¿Por qué se la llevó la vicepresidencia? Este es un mensaje que la fiscal descartó de plano.

Habla Cilia Flores, y se hunde, pues quién le cree estar perla: “También creo que hubo saboteo y también hay conspiración, para crear un descontento, porque al pueblo le duele la comida”. Y claro que le duele la comida al pueblo, y le duele que el llamado gobierno de los pobres la deje podrir.

¿Y acaso la comida no es estratégica? ¿No forma parte de un plan estratégico? Es que lo estratégico parece no valer en el gobierno de Chávez. Las empresas de Guayana destruidas. La misma PDVSA en observación.

Tres (III)

Los de Ramírez no es que se van a quedar tranquilos. Ya se arma el contraataque contra Jaua. Viene por lo lados del cemento, otra parcela de dominio del vicepresidente. Los cupos de cemento. Y las operaciones en Pertigalete concentradas en pocas manos.

Y Jaua ya sabrá cómo responder. Y entonces el circuito del ventilador será completo.

Un circuito que involucra a muchos pesos pesados. Y he allí la razón principal de que Cilia Flores no apure a Mario Isea en las averiguaciones. Pues si rueda la cabeza de Ramírez (ya rueda la de Pulido, y la de Virginia Mares) también debe rodar la de Diosdado Cabello en tanto jefe de Bolipuertos, y deben rodar las cabezas de los asesores cubanos. Esto es lo que hasta el momento viene salvando a Ramírez.

Desastre nacional, dijera hoy Juan Pablo Pérez Alfonzo, a quien Chávez suele citar en demasía.

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