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Made in USA

Los migrantes fueron el «chivo expiatorio» del Gobierno de Trump

La administración Trump fue especialmente restrictiva en cuanto al otorgamiento del derecho al asilo.

Migrantes en la frontera con Estados Unidos

El Gobierno de EEUU utilizó a los migrantes como chivo expiatorio de algunos de los problemas del país, como el desempleo y la inseguridad, dijeron dos especialistas en política internacional.

«El Gobierno de Trump hizo uso y abuso de los inmigrantes como chivo expiatorio del desempleo y la inseguridad», dijo a esta agencia el coordinador del Observatorio de Política Internacional de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la Universidad Católica de Santa Fe (oeste), Argentina, Juan Pablo Jullier.

Para el especialista, hubo tres medidas implementadas por la administración Trump que fueron «particularmente gravosas para los inmigrantes»: el veto a los países musulmanes, al que luego se sumaron Corea del Norte y Venezuela; la reducción de visas permanentes y las múltiples restricciones a las solicitudes de asilo.

MURO

La postura Trump quedó clara desde la campaña presidencial de 2016, cuando manejó como una de sus promesas electorales la posibilidad de obligar a México a construir un muro a lo largo de la frontera entre ambos países, corriendo todos los gastos por cuenta del país latino.

Aunque esto finalmente no sucedió, se redujo la cantidad de migrantes mexicanos que ingresaron a Estados Unidos durante los últimos cuatro años, a partir de una política exitosa de cooperación entre el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y Trump.

«El muro es simbólico y tiene que ver con protegerse de los que vienen a invadir, la gente mala; Trump al principio de su gobierno hablaba de los mexicanos como hombres malos, y eso es muy representativo», dijo a esta agencia Juan Negri, docente en la Universidad Torcuato Di Tella (Utdt) y en la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), Argentina.

Doctor en Ciencia Política por la Universidad de Pittsburgh, EEUU, Negri recordó que las políticas aplicadas durante la administración Trump en relación a los migrantes no partieron de una reforma legal, sino de una aplicación más severa de las leyes ya existentes.

«La postura tiene mucho que ver con la cosmovisión, la ideología, lo que representó Trump para sus seguidores, con quienes desarrolló una especie de patriotismo bastante notorio; ese nacionalismo que se manifestó en varios campos también estuvo en el vínculo con los inmigrantes como algo malo», explicó.

Desde este punto de vista, Negri consideró que Trump fue «muy honesto; manifestó un discurso xenófobo desde el primer día y lo desplegó en todas sus prácticas migratorias».

VETO A LOS MIGRANTES

El último informe presentado por el grupo de ideas Migration Policy Institute, de EEUU, afirma que Trump «ha desmantelado y reconstruido» buena parte del sistema de inmigración del país, reformado por última vez en 1996.

«Ninguna administración en la historia moderna de Estados Unidos ha dado una prioridad tan alta a la política migratoria o ha puesto un foco casi exclusivo en restringir el flujo migratorio», expresa el reporte.

En los últimos cuatro años, el Gobierno de EEUU prohibió el ingreso al país a la mayoría de los inmigrantes, refugiados y portadores de visas de Siria, Irán, Libia, Somalia, Yemen, Corea del Norte y Venezuela.

«Aunque de este último país la medida solo rige para funcionarios del Gobierno de Nicolás Maduro, fue ratificada por la Corte Suprema de Estados Unidos y redujo drásticamente las corrientes migratorias de ciudadanos provenientes de estos países», explicó Jullier.

REDUCCIÓN DE VISAS PERMANENTES

La segunda medida, menos controversial que la anterior, consistió en un cambio en la política de visado, por la cual se aumentaron los visados de tipo transitorio, al tiempo que se redujeron los de tipo permanente.

«Esta política no solo redujo el ingreso de inmigrantes al país norteamericano, sino que además ocasionó que muchos otros regresen a sus países de origen ante la imposibilidad de tramitar visados para sus familias», apuntó el politólogo.

DERECHO AL ASILO

La administración Trump fue especialmente restrictiva en cuanto al otorgamiento del derecho al asilo, y «se enfrentó en los tribunales con asociaciones de derechos civiles por aplicar condiciones como la necesidad de solicitar asilo en cada uno de los países que una persona transita antes de ingresar a suelo americano», indicó Jullier.

Según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), en 2017 Estados Unidos admitió 33.000 solicitudes de asilo, casi dos tercios menos que en 2016, cuando 97.000 personas fueron recibidas por el país.

El primer año de la administración Trump fue también el primero en que Estados Unidos recibió a menos refugiados que el resto de los países del mundo juntos.

En 2020, el techo de solicitudes aceptadas se encontraba en 18.000 y Trump manifestó que en caso de ser reelecto presidente llevaría el tope a 15.000.

TOLERANCIA CERO

Una de las políticas más impactantes del periodo en relación a los migrantes fue la denominada «Tolerancia Cero», que llevó a las autoridades fronterizas a separar a padres e hijos, deportándolos por separado y ocasionando que, al día de la fecha, aún haya niños que no han podido ser reunidos con sus padres.

Una investigación del periódico The New York Times reveló que 2.737 niños fueron separados de sus padres mientras duró este programa, que fue anulado en julio de 2018 debido a la fuerte resistencia de la opinión pública.

COVID-19

La llegada del covid-19 a comienzos de 2020 complicó todavía más la realidad de los migrantes en Estados Unidos.

A medida que aumentaron los casos de covid-19 en marzo pasado, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) emitieron una orden de cierre de las fronteras terrestres, haciendo caso omiso a las opiniones de funcionarios de salud pública de que esa medida no estaba justificada.

Según el informe 2021 de la organización Human Rights Watch, dado a conocer a comienzos de enero, «más de 330.000 personas fueron expulsadas a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, incluidos menores de edad, sin que se determinara su elegibilidad para el asilo u otras protecciones».

El estudio afirma que «los funcionarios estadounidenses suspendieron algunas formas de aplicación de la ley de inmigración durante la pandemia, pero continuaron las deportaciones de inmigrantes detenidos en Estados Unidos, pese al riesgo de propagar el virus a nivel mundial».

La situación fue todavía más grave para quienes se encontraban en centros de detención de inmigrantes en territorio de EEUU, donde al mes de noviembre más de 7.000 personas habían contraído covid-19 estando detenidas.

GOLPE DE TIMÓN

Jullier confía en que la llegada de Joe Biden al poder implique un cambio para los migrantes, dado que recientemente la vicepresidenta electa Kamala Harris anunció que el próximo Gobierno intentará llegar a un acuerdo bipartidario para sacar adelante una reforma migratoria.

También se anunció que el presidente electo pretende reimpulsar el programa DACA (Acción Diferida para los LLegados en la Infancia) y que se brindará protección especial a los llamados «dreamers» (jóvenes que migraron antes de cumplir los 16 años).

Jullier considera probable que la política de Biden sea también más favorable en cuanto al otorgamiento del instituto del asilo y que se elimine la discriminación hacia los países musulmanes; sin embargo aclaró: «no deberíamos esperar que Estados Unidos pase a ser un país de fronteras abiertas, solo por el hecho de que un gobierno demócrata haya llegado al poder».

Joe Biden asumirá este miércoles como presidente de EEUU.

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