La política ha llevado al menos a 8.000 deportaciones en caliente de menores desde el pasado mes de marzo, cuando estalló la crisis sanitaria, según documentos judiciales a los que ha tenido acceso la agencia de noticias Bloomberg.
Anteriormente, los menores no acompañados que viajaban al país desde México acudían a una vista judicial y quedaban en manos de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados.
No obstante, durante la pandemia, la política de los CDC, modificada por razones de salud pública, ha otorgado a los funcionarios de inmigración la autoridad para expulsar a los niños migrantes sin pasar por ese proceso.