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La música latina congrega a un millón de personas en La Habana sin mediación de las autoridades

El concierto de Juanes en la Plaza de la Revolución de La Habana ha congregado a un millón de cubanos, demostrando, según fuentes habaneras, que cualquier evento en la capital cubana que se celebre un domingo a media tarde puede mover a cientos de miles de personas aunque la oferta tenga un mínimo interés. Sin embargo, ‘Radio Bemba’ (el nombre con el que se denominan los rumores en Cuba) destaca una serie de singularidades, como que este éxito de afluencia se ha producido, además de sin el «patrocinio» de las autoridades, con muy poca presencia de fuerzas de seguridad. El concierto de Juanes en la Plaza de la Revolución de La Habana ha congregado a un millón de cubanos, demostrando, según fuentes habaneras, que cualquier evento en la capital cubana que se celebre un domingo a media tarde puede mover a cientos de miles de personas aunque la oferta tenga un mínimo interés. Sin embargo, ‘Radio Bemba’ (el nombre con el que se denominan los rumores en Cuba) destaca una serie de singularidades, como que este éxito de afluencia se ha producido, además de sin el «patrocinio» de las autoridades, con muy poca presencia de fuerzas de seguridad.

La ausencia de alborotos o consignas de carácter político también ha sorprendido. Pero sobre todo el hecho de que haya sido la primera vez en la historia de la Revolución en la que se ha producido una gran movilización popular no promovida por la nomenclatura cubana.

El concierto ha tenido, como era de esperar tras tanta polémica, una gran repercusión en la prensa internacional. Las portadas de todos los periódicos digitales se rellenaban hoy con multitud de análisis y crónicas destacando la ausencia de consignas políticas durante el evento.

Lejos de los análisis que hoy se pueden leer en todos los medios, una de las opiniones más valoradas por los internautas ha sido la de la bloggera cubana Joani Sánchez. Hoy en su bitácora Generación Y se podía leer un texto cuya idea básica se puede resumir en el rato de olvido de sus problemas que los cubanos han podido disfrutar durante el concierto.

«El concierto de Juanes no habrá cambiado significativamente nuestra vida, pero tampoco fui a la Plaza con esa ilusión. Sería injusto exigirle al joven cantante colombiano que impulse aquellos cambios que nosotros mismos no hemos logrado hacer, a pesar de desearlos tanto», asegura en el último texto de su blog, que ya ha recibido más de 800 comentarios.

«Fue una experiencia rara estar allí, sin gritar una consigna y sin tener que aplaudir mecánicamente cuando el tono del discurso apuntaba que era el momento de ovacionar», asegura.

Otro de los espacios más leídos hoy en la Red ha sido el Blog de Armengol, que coincidía con muchos expertos al asegurar que «no se intenta aquí el hacer comparaciones simplistas con los actos de Fidel Castro. Ni siquiera invocar a Juan Pablo II. Simplemente que son miles y miles que en la isla fueron a oír a un grupo de cantantes y un sector del exilio de Miami se opuso. Así que los que al final se dieron el gusto fueron los que disfrutaron el concierto, y no los que querían que nadie lo disfrutara».

Algunos analistas, como los de la web Think-Tank, quisieron ser mucho más minuciosos en sus análisis, y recuerdan uno de los estribillos con los que Miguel Bosé se despidió de este primer encuentro escénico con el tema Nada particular, escrito hace varios años. Uno de sus estribillos reza: Dame una isla en el medio del mar, y ama la libertad; dime que el viento no la hundirá y ama la libertad.

Avance cultural. Por primera vez desde 2003, y en lo que parece el paso definitivo hacia la excepción cultural del embargo, EEUU ha concedido a los artistas cubanos Pablo Milanés y Zenaida Romeu los visados para actuar en el país. La noticia se conocía a escasas horas de la celebración del polémico concierto de Juanes en La Habana. Por cierto, un espectáculo que resultó todo un éxito en una plaza de la Revolución abarrotada como nunca para acoger el acontecimiento musical del año, y no sólo por las connotaciones políticas que muchos han querido atribuirle.

Milanés, Romeu y Juanes son los últimos exponentes del cambio que viven las relaciones culturales entre ambos países. Pero no los únicos. A primeros de agosto, la rapera neoyorquina Lumidee grabó un vídeo en La Habana, otro hecho bastante insólito en los más de cuatro decenios que dura el embargo contra la isla. Lejos de este filón para la industria musical, el macroconcierto de ayer fue sin duda uno de los grandes exponentes de una reconciliación cultural que toma ya la delantera al diálogo político.

Una situación que también se ha dejado ver en las últimas declaraciones del cantante cubano Amaury Pérez criticando a los que no permiten actuar en la isla a los artistas exiliados. Amaury, firme defensor de Fidel, reprochó a las autoridades el caso de Juan Carlos González Marco, ‘Pánfilo’, un habanero condenado a dos años de cárcel por haber aparecido en un vídeo de YouTube quejándose, al parecer ebrio, del hambre generalizada en el país.

Reacciones. Los políticos también tuvieron palabras para el concierto. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, catalogó el concierto de “maravilloso”, y a las críticas de los disidentes de “locuras” y Obama aseguró que esto “no perjudica” la apertura de EEUU hacia la isla, y aseguró que, aunque “la diplomacia cultural puede funcionar”, “no hay que exagerar el acto”.

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