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América en Foco

Las damas primero

Cada vez más la región reconoce y da lugar a la mujer en cargos de mayor predicamento, ahora es el turno de Costa Rica que otorga tamaña responsabilidad a Laura Chinchilla, convirtiéndose así en la primera mujer en la historia que asume el poder en el país y en la tercera en América Central, tras la nicaragüense Violeta Chamorro y la panameña Mireya Moscoso, ambas con el aditamento de ser viudas de reconocidos políticos. Cada vez más la región reconoce y da lugar a la mujer en cargos de mayor predicamento, ahora es el turno de Costa Rica que otorga tamaña responsabilidad a Laura Chinchilla, convirtiéndose así en la primera mujer en la historia que asume el poder en el país y en la tercera en América Central, tras la nicaragüense Violeta Chamorro y la panameña Mireya Moscoso, ambas con el aditamento de ser viudas de reconocidos políticos.

Chinchilla prestó juramento en un acto realizado en el parque La Sabana, en el corazón de la capital, al que concurrieron unos 150 invitados especiales. Entre los que se destacaban la totalidad de los mandatarios centroamericanos, y los gobernantes de Colombia, Alvaro Uribe Velez; Ecuador, Rafael Correa; México, Felipe Calderón Hinojosa, y de Georgia, Mikhail Saakashvili, además del príncipe Felipe de Borbón y la princesa Nora de Liechenstein.

En sus palabras de bienvenida, la primera mandataria remarcó enfáticamente su decisión de apuntalar la promoción del libre comercio y el combate contra el narcotráfico, y prometió que trabajará por una nación más segura, más educada, más próspera, competitiva y respetuosa de sus recursos naturales.

Chinchilla, rápida de reflejos, no dejó pasar la oportunidad destacando que su asunción se celebra en la democracia más antigua de América latina, recordando, como estandarte nacional, que ya en el siglo XIX convirtió la educación costeada por el Estado en un derecho universal, además, que en ese mismo siglo se eliminó la pena de muerte y que, hace 61 años, al abolir el ejército, le declaró la paz al mundo.

Tras jurar, y como era de esperar, se confundió en un abrazo con el presidente saliente, Oscar Arias -que concluyó su segundo mandato luego de un primer período entre 1986 y 1990- y le dedicó un reconocimiento “por sus imborrables servicios a la patria”. Arias fue condecorado con el Premio Nobel de la Paz en 1987, por su intervención para poner fin a los conflictos armados en América Central. Sin lugar a dudas el legado de Arias queda en muy buenas manos.

De cara a la realidad la actual mandataria reconoció que se viven momentos de hondas mutaciones y profundos desafíos, reconociendo el avance avasallador de la criminalidad y el narcotráfico, lo que es un flagelo que no sólo sufre Costa Rica sino la mayoría de los países de la región.

Además, Chinchilla hizo alusión a la oposición cuando dijo que “nadie debe pretender el monopolio de la verdad” y que, en su Gobierno, será “imperativo ético escuchar, poner oído atento y deliberar”. Es que a pesar de la amplia victoria lograda en los comicios del pasado 7 de febrero con más del 46% de los votos, la presidenta no contará con mayoría en el Congreso, lo que le valdrá encaminar un gobierno flexible y atento al diálogo y al concenso.

Procedente de la clase media costarricense e hija del ex ‘contralor’ general Rafael Chinchilla -que estuvo en el cargo durante 15 años-, la nueva jefa de Estado dedicó varios años de su vida a la función pública. Entre 1994 y 1996, en el gobierno del entonces presidente José María Figueres, fue viceministra de Seguridad Pública y luego, entre 1996 y 1998, dirigió esa cartera.

De 2002 a 2006 fue diputada, y durante el gobierno de Arias ocupó la primera vicepresidencia y el Ministerio de Justicia, hasta que renunció en octubre de 2008 para iniciar la pelea por la presidencia.

En los alrededores del lugar, fueron detenidas seis personas que participaban de una protesta contra Arias y Chinchilla por temas ambientales y de concesiones de puertos en el Caribe. Los reclamos apuntaron principalmente al proyecto del gobierno de abrir el monopolio de la electricidad que ostenta el Instituto de Electricidad Costarricense (ICE), y contra la minería a cielo abierto, temas que no son patrimonio de Costa Rica, sino que varios países de la región transitan el mismo camino

Dando un fuerte respaldo a la responsabilidad pública y política que le cabe a la mujer Chinchilla juramentó a sus ministros, casi un 50% mujeres, para luego efectuar su primer consejo de gobierno, del cual surgieron varios decretos; entre ellos, una moratoria a la minería metálica de oro a cielo abierto, la idea [con los decretos] era enviar un mensaje efectivo y concreto sobre los temas prioritarios.

Pues bien esto recién comienza, la tarea para nada fácil, veremos si con el perfume de mujer alcanza para transitarla con respuestas concretas y que deparen sólo en el bien común del pueblo costarricense.

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