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Crisis económica

Economista brasileña: millones enfrentan el dilema de «morir de hambre o del virus»

Las medidas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) contra la covid-19 son sobre todo para las clases medias.

Un voluntario durante las labores de desinfección y limpieza de la favela de Santa Marta, en el sur de Río de Janeiro

La economista brasileña Dalia Maimon Schiray afirma que millones de personas en el mundo están confrontadas a la opción de «morir de hambre o morir del virus» y destaca la necesidad de ampliar iniciativas comunitarias y ayudas estatales para enfrentar la pandemia de covid-19.

Sin esa acción, las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) permanecerán reservadas a las «clases medias», dijo Maimon, coordinadora de posgraduación del Laboratorio de Responsabilidad Social de la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ), en una entrevista con la AFP.

P: ¿Cuáles son las dificultades prácticas para generalizar el confinamiento social en Brasil?

R: Un informe reciente de la OIT muestra que en el mundo hay 1.700 millones de personas que trabajan en el sector informal, para quienes hay una contradicción entre morir de hambre o morir del virus. Si morir de hambre [sin trabajar] es una certeza, entonces voy a arriesgarme tratando de no contaminarme por el virus y voy a trabajar.

Las medidas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) contra la covid-19 son sobre todo para las clases medias. ¿Cómo podemos hablar de aislamiento social cuando la población solo puede vivir de su trabajo? Tenemos que tener una política de renta, para que la gente se quede en sus casas. El gobierno dio 600 reales (poco más de 110 dólares) durante tres meses a 50 millones de brasileños, pero ese dinero no alcanza para sobrevivir. ¿Y cómo van a lavarse las manos personas sin agua corriente?

P: ¿Las favelas son el área de mayor riesgo?

R: En Brasil hay 13,6 millones de personas que viven en favelas (…) y cerca de 95% dependen del trabajo para sobrevivir. Hay una gran densidad demográfica, casas separadas por callejuelas y muchas personas viviendo en la misma habitación. La posibilidad de contaminación es por lo tanto mayor. Una favela, Santa Marta, desinfectó las calles, para evitar el contagio. Eso debería ser hecho por el gobierno en todas las favelas.

En el caso de Rio de Janeiro, las favelas son empoderadas por la presencia de organizaciones sociales, de líderes comunitarios, [algunas] cuentan con proyectos con financiación internacional e intercambian experiencias. No es lo que ocurre en el interior del país. ¿Cómo se llevarán las cestas de alimentos hasta allá?

P: El mes pasado, el entonces ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, dijo que para enfrentar el coronavirus habría que «dialogar» con las milicias parapoliciales o los narcotraficantes que controlan muchas favelas. ¿Cómo ve usted eso?

R: Para entrar en esas favelas, tienen que pasar por ellos. Los traficantes no tienen problemas con el confinamiento. Los milicianos probablemente sí, porque obtienen un porcentaje del comercio local.

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