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El FMI se desvincula del proceso de reestructuración de deuda argentina porque es una «cuestión bilateral»

"Estas negociaciones son una cuestión bilateral y el Fondo Monetario Internacional no está involucrado directamente".

FMI

El portavoz del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gerry Rice, ha declarado que el proceso de reestructuración de deuda argentina es una «cuestión bilateral» entre los acreedores privados y el Ejecutivo del país, por lo que se desvincula del mismo.

«Estas negociaciones son una cuestión bilateral y el Fondo Monetario Internacional no está involucrado directamente», ha asegurado Rice durante una conferencia. Al mismo tiempo, el portavoz ha manifestado el deseo del organismo de que ambas parten lleguen a un acuerdo.

«Estamos esperanzados en que un acuerdo con una alta participación de los acreedores pueda ser alcanzado para restaurar la sostenibilidad con una alta probabilidad», ha afirmado.

La administración de Alberto Fernández siempre ha tenido muy en cuenta el análisis del organismo multilateral en el proceso de reestructuración de deuda. De este modo, la oferta presentada por el Gobierno argentino a los bonistas para reestructurar deuda recogía parte de las recomendaciones del FMI, quien afirmó que sería necesaria «una condonación sustancial» por parte de los acreedores.

«Estamos listos para ayudar a Argentina, especialmente en estos tiempos difíciles en los que el Gobierno argentino busca responder a los efectos en la salud y económicos del coronavirus y desarrollar un plan económico que restaure un crecimiento sostenible e inclusivo en el medio plazo», ha añadido Rice.

El ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán, presentó el pasado 14 de abril ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC por sus siglas en inglés) una solicitud de emisión en bonos por 51.562 millones de dólares (47.495 millones).

Con este folleto, el Gobierno argentino busca reestructurar deuda de legislación extranjera en posesión de acreedores privados por 68.000 millones de dólares (60.532 millones de euros). De este modo, los 51.652 millones serían los bonos que el país entregaría a cambio para la reestructuración.

Guzmán aseguró que el país no está en condiciones de realizar una mejor oferta de reestructuración de deuda a la presentada el pasado jueves, tras haber sido rechazada por varios grupos de bonistas, entre ellos grandes fondos internacionales. Este viernes, 8 de mayo, se cumple el plazo establecido para la reestructuración de deuda entre acreedores y el Gobierno.

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