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Fútbol

La investigación concluye que el avión de Emiliano Sala volaba demasiado rápido para su diseño

El aparato se precipitó al mar en enero del 2019 provocando la muerte tanto del jugador.

Una flor se posa sobre el retrato de Emiliano Sala

El avión ligero que trasladaba al futbolista argentino Emiliano Sala de Francia a Gran Bretaña sufrió su fatal accidente por volar demasiado rápido para sus características y que tampoco disponía de la licencia pertinente, según determinó el informe de los investigadores publicado este viernes.

El aparato se precipitó al mar en enero del 2019 provocando la muerte tanto del jugador, que se dirigía a Cardiff para fichar por el club galés procedente del Nantes, y del piloto David Ibbotson. La División de Investigación de Accidentes Aéreos (AAIB) apuntó en sus conclusiones que probablemente el piloto «perdió el control del avión durante un giro manual» mientras intentaba atravesar una fuerte tormenta.

«Posteriormente, la aeronave sufrió una ruptura en pleno vuelo mientras maniobraba a una velocidad aérea significativamente superior a la velocidad de maniobra que marcaba su diseño», indicó la autoridad.

En este sentido, la investigación considera que fue «más probable una pérdida de control porque el vuelo no se realizó de acuerdo con las normas de seguridad aplicables a las operaciones comerciales». «Esto se manifestó en el vuelo fue operado bajo las Reglas de Vuelo Visual (VFR) por la noche en condiciones climáticas adversas a pesar de que el piloto no tenía entrenamiento en vuelo nocturno y falta de práctica reciente en vuelo por instrumentos», advirtió.

Del mismo modo, el piloto «probablemente se vio afectado por el envenenamiento por monóxido de carbono». «No había un detector de CO con una advertencia activa en el avión que pudiera haber alertado al piloto de la presencia de CO a tiempo para que tomara medidas atenuantes», remarcó.

La AAIB calificó este accidente como «trágico con consecuencias fatales» y aludió igualmente a la ausencia de la licencia adecuada del aparato, un modelo Piper Malibu. «Ni el piloto ni la aeronave tenían las licencias o permisos necesarios para operar comercialmente», señaló el informe. «Fletar aeronaves que no tienen licencia para el transporte comercial, los denominados ‘charter grises’, ponen las vidas en riesgo», subrayó Crispin Orr, el inspector jefe de la división.

Este también solicitó una regulación para evitar el riesgo de las pérdidas de monóxido de carbono. «Equipar a las aeronaves con dispositivos que adviertan de la presencia de este gas inodoro, incoloro y letal, permitiría a los pilotos tomar medidas que podrían salvar vidas. Por lo tanto, solicitamos a los reguladores que hagan obligatorio que los aviones con motor de pistón, como el involucrado en este accidente, lleven un dispositivo de advertencia de CO activo», recalcó.

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