Para aliviar la presión financiera sobre el negocio, el 43% de las empresas brasileñas adopta medidas para corregir los flujos de caja y un 39% se ve obligado a retrasar el pago de las facturas a sus propios proveedores. La tasa media de impago de los créditos comerciales se sitúa en el entorno del 2,5%. Con una percepción del riesgo tan elevada, las empresas están reforzando sus políticas de gestión de crédito en torno a la evaluación de la solvencia del cliente potencial. El 43% de las empresas realiza comprobaciones de la solvencia de sus clientes y un 37% solicita formas de pago seguras, como el efectivo. El 33% de las empresas provisiona frente a las deudas incobrables para garantizar su estabilidad financiera. Además, un 33% se cubre frente a la volatilidad de las divisas y el impacto en el tipo de cambio.
En este contexto, las empresas brasileñas tienen una opinión optimista sobre la evolución de las prácticas de pago B2B. El 48% de las empresas espera una mejora en los próximos meses, frente al 22% que prevé un empeoramiento. Para mejorar su gestión de los riesgos de impago, el 35% reforzará la comprobación de solvencia de sus clientes y el 33% reclamará las facturas en mora con mayor frecuencia.