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Opinión - Buenos Aires recibió a los miembros del G20, cumbre que contra todos los pronósticos se vivió en paz

Mi Buenos Aires querido

G20

Cosmopolita, hechizada, por momentos caótica, multifacética, con toque europeo, con virtudes y defectos. Buenos Aires recibió a los miembros del G20, cumbre que contra todos los pronósticos se vivió en paz, lo que no es poca cosa ya que en otras oportunidades la violencia fue título de portada.

Cosmopolita, hechizada, por momentos caótica, multifacética, con toque europeo, con virtudes y defectos. Buenos Aires recibió a los miembros del G20, cumbre que contra todos los pronósticos se vivió en paz, lo que no es poca cosa ya que en otras oportunidades la violencia fue título de portada.

Como es ya costumbre una marcha multitudinaria ocupó las calles manifestando sus diferencias, pero esta vez, sin desbordes ni violencia. Organizaciones sociales y políticas aceptaron las reglas del juego y las respetaron. La administración Macri asumió riesgos cuando se ofreció como sede la cumbre, no sólo en los planos diplomático, logístico y de seguridad, sino en la incertidumbre de los resultados, lo que sin lugar a dudas esta fuera de toda consideración.

Además sobrevolaba la posibilidad que el G20 de Argentina hubiese naufragado, sin embargo no ocurrió, situación que independientemente de los resultados positivos o negativos obtenidos, dan un valor agregado a la planificación determinada del país anfitrión.

El G20 nació en 1998 como un foro ministerial para la coordinación macroeconómica y financiera de los países que lo integran, en 1999 a raíz de la crisis asiática, el Ministro de finanzas canadiense Paul Martin, y su par alemán Hans Eichel, convocaron a la primera reunión a los ministros de finanzas del G20 y a los gobernadores de los bancos centrales, en Berlín.

Larry Summers, secretario del tesoro de la administración Clinton, trabajando en conjunto con Martin y Eichel, designaron la composición del G20, 19 países más la UE. En la actualidad la sumatoria de sus economías representan el 85% del PIB mundial.

En el rol de organizador, con la porción de liderazgo que le amerita, Argentina incorporó lo suyo en la agenda de Buenos Aires, puntos como el futuro del trabajo, la seguridad alimentaria y la infraestructura fueron sus aportes, los que contaron con el fuerte apoyo de los países menos desarrollados del grupo.

Delegados de las 20 economías más grandes del mundo llegaron a la cumbre decididos a lograr una declaración escrita, a días en que los desencuentros entre Estados Unidos y China provocaron el naufragio de la reunión de líderes de las naciones del Asia-Pacífico. Así y accediendo a las demandas de EEUU y China de dejar de lado promesas que se han convertido en premisas del Grupo de las 20 naciones más industrializadas del mundo. Como vuelta de página, llevaron en sus mochilas un comunicado aceptado por todos los líderes, donde se comprometieron por primera vez a reformar la Organización Mundial del Comercio (OMC), la piedra angular del sistema de comercio mundial.

Importante destacar que por primera vez desde que los líderes del G20 celebraron su reunión inaugural en Washington 2008, su comunicado no contenía la promesa de luchar contra el proteccionismo. Vale recordar que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha aplicado aranceles a productos chinos por un valor total de 250.000 millones de dólares, como también a las importaciones de acero y aluminio, lo que ha impactado a varios de sus socios del G-20.

China, se opuso firmemente a la inclusión de «prácticas comerciales justas», al momento en que Estados Unidos, Europa y Japón han criticado a Pekín por «dumping», subsidios industriales, abuso de derechos de propiedad intelectual y transferencias de tecnología.

Sorpresiva Buenos Aires, se logró que Washington firmará una declaración donde reconoce la importancia del sistema de comercio multilateral, habida cuenta que el sistema no cumplía con sus objetivos, mostrándose, además, inconforme con la inacción de la OMC de lograr que China se responsabilice de no haber abierto su economía, como se estipuló en el 2001, cuando el gigante asiático ingresó a la organización.

Con el objetivo de forzar la reforma de la OMC, Trump ha bloqueado nombramientos en el tribunal de comercio de mayor relevancia mundial, el que por consecuencia licua sus jueces, lo que significa que no podrá emitir fallos vinculantes en disputas comerciales.

Bajado a papel el G20 se comprometió, tras firmar una declaración de consenso acordada por la totalidad de los líderes políticos, a pesar de la división existente entre multilateralistas y proteccionistas, a llegar a un acuerdo de mínimos en temas tan álgidos como el cambio climático, asunto donde Donald Trump se resiste a bajar la guardia, es así que ha incluido un párrafo donde reitera la intención de que EEUU se retire del Acuerdo de Paris, por otro lado se ha comprometido con el crecimiento económico, el acceso energético y la seguridad, utilizando todas las fuentes de energía y tecnologías, protegiendo a la vez el medio ambiente.

Como frutilla del postre, se acordó que sea en el marco de la OMC, donde se resuelvan las desavenencias entre países, al momento como la que mantienen China y los EEUU, y como para muestra basta un botón, recordemos el pacto entre los dos presidentes, EEUU aplaza dos meses la subida de aranceles por 200.000 millones de dólares en productos chinos, con la que Trump había amenazado implementar a partir del próximo 1 de enero, Xi por su parte accede a comprar una cantidad sustancial de productos estadounidenses, en sectores como el agrícola, energético e industrial, vale considerar que en el caso de productos agroalimentarios la compras serán inmediatas.

Además se analizaran rápidamente cinco áreas en las que EEUU exige reformas a China -la transferencia forzosa de tecnología, la protección de la propiedad intelectual, las barreras arancelarias, la piratería y las incursiones informáticas, los servicios y la agricultura-. Válido es reconocer que ante tal contexto los dos países han ganado aire, Trump, quien se obsesiona con el mercado financiero, evita el efecto de un anuncio de aranceles que no sería bien recibido, después de las caídas bursátiles de octubre y noviembre, por el lado chino, ve alejarse la amenaza de nuevos gravámenes a sus productos hacia febrero próximo, justo en momentos en que se celebra la pausa del Año Nuevo Chino.

Demos un repaso a la situación que ambas potencias mantenían hasta el comienzo de la Cumbre

Intercambio. Las exportaciones de China a Estados Unidos alcanzaron en 2017 un valor de 506.000 millones de dólares. Mientras, las que salieron del territorio norteamericano hacia el gigante asiático ascendieron a 130.000 millones de dólares.

Incremento de aranceles de EEUU a China. El pasado junio, Trump aplicó un arancel a productos chinos por 53.000 millones de dólares. Más tarde, en septiembre, amplió la medida a productos por otros 200.000 millones, una decisión que entraba en vigor el 1 de enero próximo y ahora queda aparcada por la tregua. Además, Washington amenazó con tasas por otros 267.000 millones si China tomaba represalias.

Medidas de Pekín. El gigante asiático replicó en julio de este año con aranceles a los productos estadounidenses por 34.000 millones de dólares, en agosto por 16.000 millones y en septiembre por 60.000 millones.  

Como conclusión apuntamos a que el comunicado final expresa que el Grupo apoya la reforma necesaria de la OMC a efectos de mejorar su funcionamiento y un compromiso formal en revisar el progreso en la próxima cumbre, según corrillos norteamericanos lo consideran como que sacaron una luz de ventaja en el conteo final.

Por primera vez, China y Estados Unidos acordaron comprometerse con respecto a la OMC», son las consideraciones que más sonaron en los pasillos de la cumbre «Dadas las amenazas anteriores de Trump, que se haya logrado que el G-20 dijera que trabajaría en conjunto en la reforma de la OMC es interesante». Por último, el presidente Macri como anfitrión ha resuelto con buena cintura la problemática que acompañaba desde siempre a la cumbre, celebró la exitosa organización y conclusión de la cumbre del G20 en Argentina. «Nunca tuvimos la relación con el mundo que tenemos ahora. Nunca la Argentina tuvo el nivel de atención que tiene ahora», afirmó y destacó los buenos resultados de 17 reuniones bilaterales.

Mi buenos Aires querido cuando yo te vuelva a ver no habrá más penas ni olvido?

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