El Sistema de Cooperación Internacional del país nipón ha donado un centenar de camiones colectores valorados en diez millones de dólares al Gobierno de la capital cubana.
La noticia divulgada por la prensa cubana de que un centenar de camiones colectores para la recogida de desechos sólidos se preparan en Japón, como parte de un donativo de diez millones de dólares firmado a fines de 2017 por el Sistema de Cooperación Internacional de esa nación y el Gobierno de la capital cubana ha multiplicado las esperanzas entre los habaneros de que algún día puedan vivir en una ciudad limpia.
Según la nota, la primera fase de dicho proyecto de colaboración debe materializarse en marzo del 2019, y por ello muchos esperan que cuando en noviembre se celebre el medio milenio de la fundación de la villa de San Cristóbal de La Habana, la urbe este ?brillando? y pueda ostentar con dignidad el título que le ha endilgado la propaganda de ?real y maravillosa?.
Pero si un defecto ha tenido La Habana desde siempre, es que a diferencia de las demás ciudades cubanas, no sobresale por su limpieza, contra la cual conspiran, además de la falta de suficientes equipos para recoger la basura, los malos hábitos de sus propios habitantes, que se quejan mucho de la suciedad pero no cooperan lo suficiente para mantener la higiene, un problema que algunos consideran más difícil de resolver que la falta de recursos.
