Tras dos semanas de manifestaciones, en una conferencia de prensa muy dura, el ministro de Seguridad, Michael Soto, define como «mano criminal» de los huelguistas a los sabotajes contra instalaciones de Recope.
El ministro de Seguridad de Costa Rica, Michael Soto, ha anunciado medidas drásticas para hacer frente a las manifestaciones que, ya en la segunda semana, amenazan el abastecimiento de combustibles en todo el territorio nacional.
En una conferencia de prensa muy dura, Soto ha denunciado lo que considera una «mano criminal» por parte de los huelguistas, en referencia a los sabotajes contra instalaciones de Recope. En concreto, se refirió a las perforaciones en el oleoducto El Coyol de Alajuela, que ocasionó la fuga entre 500 y 1.000 galones de diésel.
Soto denunció también una serie de ataques y amenazas que se habrían producido contra los trabajadores de RECOPE que habrían incluído el uso de armas de fuego contra los vehículos oficiales de la compañía e incluso contra viviendas partículares de su personal.
Por ello, el ministro de Seguridad indicó que el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) estaría investigando esos actos y realizó una llamada «a la cordura, a la paz y a la tranquilidad como corresponde a un país democrático».
Así, tras enfatizar que la labor de su Gobierno es la de garantizar el abastecimiento de combustible y de gas «para que el país siga caminando»; Soto indicó que las fuerzas policiales de esta nación caribeña extremarán sus medidas.
