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El presidente no electo de Brasil se ve obligado a reajustar las previsiones de su Gobierno

Temer reconoce que la economía brasileña crecerá por debajo de lo previsto

Michel Temer, presidente no electo de Brasil

El presidente no electo de Brasil, Michel Temer, se ve obligado a reajustar las previsiones de su Gobierno en la línea ya adelantada tanto por los mercados financieros como por el propio Banco Central del país carioca.

El presidente no electo de Brasil, Michel Temer, ha reconocido que el Producto Interior Bruto (PIB) de su país crecerá este año por debajo de lo previsto. Un reajuste en las previsiones del Gobierno gaucho que ya había sido adelantado por los mercados financieros e incluso por el propio Banco Central.

Así, mientras las primeras previsiones del Gobierno para 2018 apuntaban inicialmente a que durante este ejercicio se lograría un crecimiento de la actividad económica en torno al 3%, los últimos informes del ministerio de Economía ya había rebajado esa tasa al 2,5%.

Pero tanto los analistas económicos del sector privado como el Banco Central de Brasil han venido apuntando que, en realidad, el crecimiento del PIB brasileño en 2018 no superará el 1,6%.

Una cifra que Temer aún se resiste a reconocer, pese a que ya tampoco mantiene ese tasa del 2,5% a la que apuntaban los últimos informes del ministerio de Economía. Ahora, el presidente del país carioca, ha hecho referencia a un 2% de crecimiento como un objetivo que, pese a la caída de un punto porcentual respecto a la previsión inicial que supone, aún defiende.  

El presidente brasileño arguye que ese 2% supondría una mejora respecto a la situación en que estaba el país a su llegada a la Presidencia: «Cuando entré en el Gobierno el PIB anterior era de un -3,6%; enseguida, en el primer año, crecimos al 1%, después al 3% al principio y ahora del 2%, por ahí, debido a las dificultades naturales por las que estamos pasando».

Aunque Temer no especificó cuáles son esas «dificultades naturales» que están frenando el crecimiento de la economía brasileña, en protesta a las medidas impositivas de su Gobierno, el país carioca vivió en mayo una huelga de camioneros que afectó de forma decisiva a su actividad. De hecho, según datos divulgados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, la producción industrial durante ese mes cayó un 10,9 %. 

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