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Las nuevas previsiones son las primeras que miden las consecuencias de la devaluación del peso

El BM rebaja en más de un 40% la previsión de crecimiento de Argentina

Edificio del Banco Mundial (BM)

Estas proyecciones son especialmente significativas al tratarse de las primeras que miden las consecuencias del aumento de las tasas de interés hasta el 40% y de la devaluación del peso que tuvo lugar durante el mes pasado en el país sudamericano.

El último informe del Banco Mundial (BM) apunta ahora que el crecimiento esperado del país sudamericano en este 2018 será tan sólo de un 1,7%; un descenso más que significativo sobre la previsión anterior de enero, que situaba la evolución del Producto Interior Bruto (PIB) en un 3%.

Además, el informe mantiene la desaceleración respecto a la previsión anterior para el año próximo que se situaría ahora en el 1,8%. La restricción monetaria y fiscal, así como los efectos de la sequía son los principales factores de esta revisión a la baja de las nuevas proyecciones del organismo multilateral.

Éstas resultan especialmente signficativas ya que son las primeras que miden las consecuencias del aumento de las tasas de interés hasta el 40% y de la devaluación del peso que tuvo lugar durante el mes pasado en el país sudamericano.

Por el contrario, para el conjunto de la región se espera que el auge de la inversión y del consumo privado mantengan en 2018 un crecimiento del 1,7 % y del 2,3 % en 2019; mientras que el crecimiento total en los mercados emergentes y las economías en desarrollo se consolidará y alcanzará el 4,5% en 2018 y el 4,7% en 2019.

Además, este informe del BM alerta sobre el aumento de «riesgos adversos» como el del incremento del proteccionismo comercial o de la posibilidad de que surjan episodios de volatilidad desordenada en el mercado financiero y el mayor grado de vulnerabilidad de algunas economías en desarrollo y mercados emergentes a tales alteraciones.

Asimismo, el informe destaca que la desaceleración prevista en la demanda mundial de productos básicos podría limitar las perspectivas sobre el precio de estos productos y, por ende, el crecimiento futuro de los países que los exportan.

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