Los dos países han respondido a imposición de aranceles a sus exportaciones de acero y aluminio por parte del Gobierno estadounidense con medidas que pueden suponer un coste total adicional sobre las exportaciones de EE.UU. de casi 17.000 millones de dólares.
México y Canadá han respondido a imposición de aranceles a sus exportaciones de acero y aluminio por parte del Gobierno estadounidense de Donald Trump con medidas que pueden suponer un coste total adicional sobre las exportaciones de EE.UU. de casi 17.000 millones de dólares.
En concreto, los productos que México gravará podrían suponer un coste de 4.000 millones de dólares. Entre estos se incluyen: aceros planos (lámina caliente y fría, incluidos recubiertos y tubos diversos), lámparas, piernas y paletas de puerco, embutidos, manzanas, uvas, arándanos y diversos quesos.
Mientras que por parte de Canadá se llegaría hasta una cantidad potencial de 12.800 millones de dólares a través de las tasas impuestas, según está previsto, a partir del 1 de julio, a productos como bienes siderúrgicos, catsup, jugo de naranja, salsa de soya, purés, nueces, lavadoras, etcétera.
Productos todos ellos que han sido escogidos además de por la cantidad que suponen, por sus implicaciones políticas ya que el efecto de su encarecimiento está previsto que caiga sobre electores y ciudadanos que viven en distritos decisivos en el Congreso estadounidense, según ha explicado el secretario de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo.
Además, Guajardo ha asegurado, según declaraciones que recoge el diario El Financiero, «que antes de elegir los productos, analizaron que los gravámenes no afecten al consumo nacional, ni a la inflación y que existan fuentes alternativas de oferta».
Por su parte, Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, ha señalado que «EE.UU. es nuestro amigo y aliado, y de ninguna manera estamos tomando represalias contra el pueblo de la Unión Americana»; sino que «tristemente, lo que tenemos que hacer es responder a una medida de la administración de su actual gobierno».
