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Niccolo Durazzi, experto de la London School of Economics en políticas educativas

«La Universidad y la FP deberían de estar igualmente valoradas»

London School of Economics (LSE)

Según Alistair McGuire, profesor de la LSE experto en economía de la salud, «es un error basar el sistema sanitario en la atención de especialidad única»

Según Alistair McGuire, experto en economía de la salud, «es un error basar el sistema sanitario en la atención de especialidad única»

Niccolo Durazzi, experto en políticas educativas de la London School of Economics (LSE), ha apuntado a la necesidad de aumentar el prestigio de la Formación Profesional (FP), «durante mucho tiempo denostada». «El objetivo clave de un sistema educativo no es necesariamente que todos los alumnos acaben en la Universidad. Más bien deberían lograrse dos objetivos paralelos: que aquellos que quieren ir a la Universidad no tengan barreras de acceso (en particular, aquellos que provienen de entornos desfavorecidos); y que aquellos que no buscan una educación universitaria encuentren caminos alternativos valiosos en términos de formación profesional/vocacional que a menudo se considera inferior a la educación universitaria. Más bien, la educación universitaria y la formación profesional /vocacional deberían ser diferentes, pero igualmente valoradas y valiosas».

Así lo ha declarado Durazzi en las Lecciones Magistrales que organiza la Fundación Ramón Areces con la London School of Economics (LSE) en Madrid desde el pasado lunes, día 7, y hasta mañana miércoles, bajo el lema Reinventando el Estado del bienestar en el siglo XXI.

Durazzi, que ha trabajado para el Parlamento Europeo, distintas agencias de la Unión Europea, gobiernos nacionales y organizaciones internacionales, considera un éxito la expansión de la educación superior: «Cada vez es más común que los estudiantes de entornos desfavorecidos accedan a las universidades y se gradúen con éxito. Sin embargo, la expansión presenta desafíos, como asegurar que las universidades estén bien financiadas y puedan proporcionar educación de calidad y llevar a cabo investigación de calidad en el contexto de un número significativamente más alto de estudiantes».

Durante su intervención en la Fundación Ramón Areces, Durazzi ha recordado también cómo «en demasiados países, las alternativas a la educación universitaria están poco desarrolladas y adolecen de falta de aprecio entre gran parte del público. Si los sistemas educativos van a funcionar para todos, entonces se deben atender tanto a los estudiantes con intereses y habilidades académicas como a aquellos con actitudes y talentos orientados a la práctica. Por lo tanto, la dirección principal para la reforma es asegurar que todos los participantes en el sistema educativo reciban oportunidades valiosas de alta calidad para buscar lo que ven como el camino educativo más apropiado para ellos».

Cómo mejorar el sistema sanitario

En estas Lecciones Magistrales sobre cómo reinventar el Estado del Bienestar también se ha hablado mucho de sanidad. El profesor de la London School of Economics Alistair McGuire, experto en economía de la salud, ha apuntado que «los sistemas de atención médica no están bien diseñados ya que se basan en la atención sanitaria de especialidad única y en los patrones de tratamiento de la vía única de la enfermedad, y esto es un error».

Para McGuire, profesor de la LSE que ha dedicado las últimas dos décadas a analizar los distintos sistemas económicos de la atención médica, «el mayor gasto sanitario tiene lugar en el último año de nuestra vida, pero el envejecimiento en sí no es un problema masivo». Añade que todo se complica cuando aparecen diferentes enfermedades relacionadas, precisamente por esa carencia del sistema de salud de hacer frente a ese problema más complejo. Preguntado por si los gobiernos están encarando bien el problema, McGuire responde: «No. Los gobiernos, especialmente bajo la cobertura del sistema nacional de salud como España, se enfocan en la financiación. Pero, ¿fondos para qué? En la mayoría de los casos, la financiación de la atención médica en este tipo de sistemas se refiere a la protección financiera, pero también es una forma de cobertura de seguro social. Al igual que cualquier cobertura de seguro, esto significa que la financiación refleja los beneficios que se brindan. Sin embargo, los gobiernos tienden a ser realmente malos a la hora de determinar el paquete de beneficios de atención médica (lo que conocemos como provisión)».

Para ello, ha señalado el papel de las oficinas encargadas de evaluar las necesidades en cada caso. «Las oficinas centrales (o regionales) de Evaluación de Tecnología de la Salud (HTA) y las directrices especializadas ayudan a determinar estos paquetes de beneficios, pero los gobiernos centrales (y regionales) deben involucrarse más en su definición. En resumen, el ‘usted paga por lo que obtiene’ debe reemplazarse por definir cómo es el paquete de beneficios de atención médica de cobertura de seguro social para después determinar el costo. Si esto cambia a medida que las enfermedades crónicas y esas enfermedades relacionadas se vuelven más importantes, la provisión de atención médica (los beneficios) también tiene que cambiar… y también lo hace la financiación», valora este experto.

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