Las autoridades cubanas procuran alcanzar en 2030, o incluso antes, la meta de generar con fuentes renovables el 24% de la energía que consume el país, que en la actualidad cubre poco más del 4%, con solo 87,5 MW de potencia en operaciones.
Las autoridades cubanas procuran alcanzar en 2030, o incluso antes, la meta de generar con fuentes renovables el 24% de la energía que consume el país, que en la actualidad cubre poco más del 4%, con solo 87,5 MW de potencia en operaciones.
Según informó el ministro de Energía y Minas, Alfredo López, en las recientes sesiones del parlamento, en el 2018 se instalarán capacidades para 453 MW, de los cuales debe contarse con 283 MW disponibles, con la puesta en marcha de parques fotovoltaicos y eólicos y plantas bioeléctricas de mayor capacidad.
Esta última variante es considerada la más segura y con mayores perspectivas. Hay 25 plantas en proyecto, aunque desde siempre cada central azucarero contó con un bloque energético, pero de muy baja eficiencia, y se busca aumentarla hasta multiplicar por tres el aprovechamiento de la materia prima (sobre todo desechos de la zafra azucarera).
Pero a juicio de expertos, ello requiere una elevada organización y coordinación entre las empresas eléctrica, del sector azucarero y constructoras para llevar adelante con el uso de la biomasa, una parte importante de la transformación de la matriz energética del país, encaminada no solo a disminuir el uso de combustible fósil, sino también a mejorar el ambiente y reducir la erogación de divisas por este concepto.
