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The Economist publica una transcripción en la que el partido gobernante pretende manipular el recuento

Escala la tensión en las calles de Honduras mientras aparecen pruebas de fraude

Bandera de Honduras

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) ha pospuesto de nuevo la divulgación de los resultados de los comicios presidenciales celebrados el último domingo; mientras The Economist publica la transcripción de un audio que apunta a un intento de manipular el recuento por parte del partido gobernante.

Después de que ayer, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Honduras pospusiese de nuevo la divulgación de los resultados de los comicios presidenciales celebrados el último domingo, los ánimos han vuelto a inflamarse en las calles del país centroamericano.

Las quemas de neumáticos, bloqueos de carreteras o la destrucción de diversas instalciones públicas y privadas comienzan así ya a no ser inusuales e incluso ha habido un intento de asaltar las instalaciones del Instituto de Formación Profesional (Infop), donde se guardan las actas de las elecciones.

Todo ello después de un recuento en el que la ventaja inicial del candidato de la Alianza de Oposición, Salvador Nasralla, parecía definitiva, como llegó a afirmar el propio presidente del TSE; pero en el que, después de una suspensión del proceso por 36 horas en las que la página web del Tribunal electoral no se actualizó, dicha ventaja comenzó a esfumarse.

Así, el miércoles por la tarde los datos oficiales, con el 82,89 % de actas procesadas, ya ubicaban al actual presidente y candidato a la reelección, Juan Orlando Hernández, en cabeza con un mínimo margen de menos de medio punto. Y, en un nuevo giro de los acontecimientos, en el momento en que el escrutinio llegó al 94,31% y Nasralla acumulaba 1.286.245 de los votos , 46.586 por debajo del 1.332.833 de su rival del gobernante Partido Nacional; el recuento volvió a detenerse. 

En teoría, por un supuesto fallo en el sistema, calificado como «extraño» por uno de los cuatro magistrados que conforman el TSE, Marcos Lobo. Así, las cosas el presidente de dicho Tribunal, David Matamoros, anunciaba que su entidad no realizaría ya más anuncios hasta que finalice el proceso, sin ofrecer tampoco una nueva fecha.

En un principio, esta nueva interrupción servirá para que se revisen «una a una» 1.031 actas que no fueron rellenadas correctamente por los partidos políticos y que corresponden a ese 5,69% del total de los votos que faltaban aún por ingresar en el escrutinio, lo que significa que la ventaja de esos 46.586 votos, o de un 1,5%, de Hernández todavía no es definitiva.

Pero desde la alianza opositora ya se ha denunciado la inclusión irregular entre ellas de actas dudosas en favor del actual mandatario, con lo que apuntan a que ese recuento «una a una» de las actas pendientes no les parece suficiente: «Bajo estas condiciones no aceptaremos resultados emitidos por un sistema electoral espurio que pone en riesgo la legalidad del proceso», señalaron en una carta dirigida al consejo permanente de la OEA, a la misión electoral de la Unión Europea y a diversos embajadores.

De hecho, Nasralla ya ha propuesto revisar todas las actas de votación o celebrar una segunda vuelta electoral, pese a que la ley nacional no reconoce esa posibilidad. Pero también es cierto que  la Constitución hondureña prohíbe la reelección presidencial, lo que en teoría impedía un nuevo mandato de Hernández y, sin embargo, un fallo judicial de 2015 le ofreció esa posibilidad.

Y, por si faltase aún algún elemento, The Economist ha publicado un artículo con extractos de transcripciones del audio de lo que parece ser una formación para representantes de mesas electorales del Partido Nacional en las que el partido gobernante parece que, efectivamente, tenía planes para distorsionar los resultados de elecciones generales.

Un panorama general que unido al ambiente de violencia en las calles hace que la situación del país centroamericano se asemeja cada vez más al vivido tras el golpe institucional por el que el 28 de junio de 2009 el entonces presidente Manuel Zelaya perdió el poder. Hoy, Zelaya es coordinador general de la Alianza de Oposición.

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