Chile busca facilitar la entrada del 10% de productos que quedaron restringidos en el convenio y la la UE espera ampliar las denominaciones de origen. Chile y la Unión Europea (UE), por medio de sus ministros de Exteriores reunidos en el Consejo Europeo, han acordado modernizar el acuerdo de asociación firmado en 2002 y que se empezó a aplicar de forma provisional en 2003 para hacerlo ya de forma plena, en 2005.
Un proceso de actualización, cuya iniciativa ha surgido de Chile, a través del cual el país andino busca facilitar la entrada del 10% de productos que quedaron restringidos en el convenio. Se trata de alimentos como los lácteos, cereales, arroz o aceite de oliva.
A cambio, la UE espera ampliar las denominaciones de origen por el que productos de larga tradición de lugares específicos como el queso mozarrella de Piamonte, no se podrían replicar colocando la referencia o utilizando sus símbolos distintivos en otros productos.
Del mismo modo, según recoge EFE, el mandato aprobado para la negociación señala que la UE quiere «garantizar los mayores niveles de protección social, laboral y medioambiental», así como «promover la justicia social y el desarrollo sostenible».
Para ello, está previsto que las negociaciones comiencen su primera ronda el 16 de noviembre y el tiempo por el que se prolongarán dependerá en gran medida de la voluntad política de la nueva administración que entre en el Gobierno chileno tras las elecciones de este año y en las que el expresidente Sebastián Piñera figura como gran favorito.
En 2016, tras un crecimiento medio del 4,3% anual, la UE se consolidó como el tercer destino más importante para las exportaciones chilenas y el primero de vinos embotellados o productos químicos. Por su parte, las exportaciones europeas a Chile se han doblado en la mayor parte de los sectores.
Asimismo, entre 2002 y 2016 el intercambio comercial pasó de 7.237 millones de dólares a 17.682 millones, con un crecimiento promedio anual del 6,6%.
