Una tasa ligeramente superior a la de los dos últimos ejercicios, que le permite mantenerse como líder de la región en lo que se refiere al incremento del PIB, y que se explicaría en gran medida por una inversión pública superior a los 7.500 millones de dólares. El ministro de Economía boliviano, Mario Guillén, ha anunciado que el país sudamericano espera alcanzar en 2018, una tasa de crecimiento económico del 4,5% del Producto Interior Bruto (PIB); un ligero incremento sobre el 4,3% registrado en 2016 y el 4,3% que se proyecta para 2017.
Esta mejoría en las previsiones de crecimiento se debería fundamentalmente al impulso de la inversión pública, si bien también contribuiría un escenario exterior que se prevé sea más favorable para el país sudamericano de lo que lo ha sido en los ejercicios anteriores, gracias a que se proyecta una estabilización en la demanda de gas natural por parte de Brasil y Argentina.
De esta forma, en declaraciones que recoge Prensa Latina, Guillén ha incidido en ese papel que como principal factor dinamizador de la economía boliviana han jugado las cifras de inversión pública durante los últimos años y que se han materializado en proyectos como «la construcción de hospitales, carreteras, escuelas o proyectos de electricidad».
Y, en esta línea, el Gobiero de Evo Morales, a través de la ministra de Planificación de Bolivia, Mariana Prado, ya ha anunciado que, a lo largo del próximo ejercicio, destinará más de 7.500 millones de dólares a la inversión pública.
En concreto, después de revisar los últimos detalles del Presupuesto General del Estado (PGE), se prevé que a través de la Administración estatal se realicen 6.189 millones de inversión y, a través de las empressa públicas, otros 1.317.
Un aspecto que, según las previsiones organismos internacionales como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial (BM); contribuirá a que Bolivia continúe como líder regional en crecimiento económico.
