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La Mesa de Unidad Democrática (MUD) anuncia que desconoce los resultados oficiales

El resultado de las regionales pone en jaque la tregua social en Venezuela

Bandera de Venezuela

La Mesa de Unidad Democrática (MUD) ha anunciado por boca de su responsable de campaña, Gerardo Blyde, que no reconoce «ninguno de los resultados» ya que «ni Venezuela ni el mundo se comen este cuento» y adelanta una nueva oleada de movilizaciones callejeras. Todo apunta a que los dos meses y medio de tregua social que han precedido a las elecciones regionales celebradas ayer en Venezuela han llegado a su fin después de unos resultados oficiales que la oposición chavista ya ha anunciado que no reconoce como legítimos y que ha llamado a combatir en las calles.

Así las cosas, parece abrirse de nuevo la puerta a un escenario de confrontación política, social e institucional que agravaría aún más el panorama económico del país sudamericano, enfrentado a la mayor tasa de inflación del mundo y a una profunda recesión, pese a ubicarse en una región que, poco a poco, mejora sus perspectivas de crecimiento.

Según los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), el ‘oficialismo’ habría perdido en cinco provincias ?Anzoátegui, Mérida, Táchira, Nueva Esparta y Zulia? y podría hacerlo también en Bolívar; pero se ha hecho con el 75% de las gobernaciones. Un escenario que supone la pérdida de al menos dos estados respecto a 2012 para el chavismo, pero que reafirma una abrumadora hegemonía.

En total, el 54% de los votos habrían ido al ‘oficialismo’, frente al 45% de la oposición, según el presidente Nicolás Maduro. Y dicho resultado incluso viene con una gran victoria simbólica para el chavismo como es la recuperación del estado de Miranda, que en 2009 pasó a manos de la oposición tras la victoria en aquel año del ex candidato presidencial Henrique Capriles.

Unos resultados sobre cuya interpretación no ha querido dejar ninguna duda el presidente Nicolás Maduro al declarar que ?el chavismo arrasó en las elecciones?. Todo ello, además, en un escenario considerado de participación histórica, ya que llegó al 61,14%.

Y precisamente es este último dato el que alienta las mayores objeciones de la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD), quien ha anunciado por boca de su responsable de campaña, Gerardo Blyde, que no reconoce «ninguno de los resultados» ya que «ni Venezuela ni el mundo se comen este cuento».

No solo porque el resultado es diametralmente opuesto a lo esperado por la MUD, sino porque precisamente sus proyecciones de vitoria aumentaban si la participación superaba el 55%. De hecho, encuestas como las de Datanálisis y Delphos, recogidas por Infobae, daban a la oposición la victoria en un número de estados de entre 11 y 18, según fuese la abstención.

Y eso que dichas encuestas consideraban que la abstención se situaría entre el 30% y 40% ya que estos eran los porcentajes en que se había ubicado tradicionalmente. Es decir, en un rango considerablemente superior a aquel en que finalmente lo ha hecho.

En una coyuntura en la que, según Datanálisis, el 80% de la población desaprueba la gestión de Maduro, las firmas demoscópicas coincidían en que sólo una elevada abstención hubiera permitido que el oficialismo recuperase gobiernos regionales, porque descartaban que pudiese obtener más votos, como finalmente habría sucedido según los resultados oficiales.

Por ejemplo, la misma Datanálisis señalaba que el 44,7% de los consultados planeaba votar por los candidatos de la oposición y tan solo un 21,1% por los oficialistas; es decir 33 puntos menos que los anunciados. O, en esa misma línea, otra encuesta de Venebarómetro otorgaba un 27,6% de los votos para los candidatos del chavismo y un 51,7% para los representantes de la oposición.

Por ello, pese a que adelantándose a las suspicacias, Maduro ya haya ordenado una ?auditoría completa? del proceso; desde la MUD, Blyde solicitó «auditar todo el proceso», lo que implicaría además del sistema, hacerlo también, por ejemplo, con las huellas dactilares de los votantes recogidas en el proceso.

Y, sobre todo, Blyde ha pedido ya a los candidatos que desde el lunes planteen «diversas actividades de calle en respaldo» a lo anunciado por la MUD y aclaró que eso suponía una invitación «al pueblo venezolano a luchar para cambiar este sistema electoral que no es confiable» ya que es el momento de «luchar juntos candidatos, ciudadanos y partidos», concluyó.

Es decir, de nuevo, el que probablmente sea el peor escenario posible y que, pese a que Gobiernos como los de Bolivia, Nicaragua o Cuba han felicitado a Maduro por el resultado; vendría de la mano de un incremento en el rechazo y las sanciones de países como EE.UU., Canadá o de los agrupados en la Unión Europea o en el Grupo de Lima, formado por 12 países de América Latina.

Además, ahora, se extiende también la incertidumbre sobre qué sucederá con la mesa de diálogo que se desarrolla en la República Dominicana entre Gobierno y oposición, aún cuando Maduro se ha apresurado a anunciar su intención de continuar con ella durante la próxima semana. Y eso que la oposición ya había anunciado que no acudiría a más encuentros mientras el Gobierno no cumpliese con los compromisos que consideraba adquiridos para una nueva reunión.

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