Perú, Chile, México y Colombia tienen, en conjunto, una cartera de proyectos mineros que demandará una inversión estimada de 252.372 millones durante los próximos 10 años. Los países que integran la Alianza del Pacífico (Perú, Chile, México y Colombia) tienen, en conjunto, una cartera de proyectos mineros que demandará una inversión estimada de 252.372 millones durante los próximos 10 años, según ha informado el presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE) de Perú, Luis Marchese, y como a su vez recoge el diario Gestión del país andino.
En el caso del Perú esto se traduce en que 47 proyectos mineros demandarán una inversión aproximada de 49.472 millones de dólares, de los cuales el 64,7% corresponden a cupríferos, el 10,7% a hierro, el 12,8 % a polimetálicos, así como un 3,6 % a emprendimientos auríferos.
Un ritmo inversor que Perú estaría en condiciones de alcanzar ya que según ha desvelado el presidente de la SNMPE, en 2016, el país andino registró inversiones por valor de 4.251millones de dólares, lo que habría generado 184.000 empleos directos y más de un millón de indirectos.
Por su parte, Chile tiene para los próximos 10 años una cartera de inversión minera de aproximadamente 65.000 millones de dólares en 47 proyectos mineros. Una cifra que requiere un promedio inversor durante la próxima década que también estaría en sintonía con los 6.800 millones captados por este otro país durante 2016.
Por su parte, México, tiene identificados 55 proyectos mineros que demandarían una inversión estimada en 130.400 millones de dólares; lo que, en este caso, sí requeriría un aumento exponencial de las inversiones que está recibiendo el país norteamericano en el sector. Y es que en 2016, la minería mexicana registró inversiones por 3.752 millones de dólares.
Finalmente, Colombia busca captar inversiones cercanas a los 7.500 millones de dólares; en este caso, durante los próximos cinco años.
Como desafíos comunes para los países de la Alianza del Pacífico el presidente de la SNMPE peruana señaló que han de «fortalecer la institucionalidad, cerrar el déficit de infraestructura, evitar la sobrerregulación y trabajar juntos en lo que respecta a capital humano e innovación tecnológica».
En ese sentido, afirmó que la Alianza del Pacífico se debe convertir en una plataforma de promoción para el sector minero ya que su aporte contribuye al desarrollo económico y al cierre de las brechas de desigualdad social.
