No obstante, la reestructuración, obligado tras fracasar el pasado jueves la moción de confianza en el Parlamento peruano, introduce concesiones en otras políticas. El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, ha culminado la remodelacón ministerial a la que se ha visto obligado tras fracasar el pasado jueves la moción de confianza que presentó en el Parlamento el hasta entonces jefe del Gobierno, Fernando Zavala, para intentar evitar la censura de la que era su ministra de Educación, Marilú Martens. Una reestructuración del Ejecutivo que apuesta por la continuidad económica, pero introduce concesiones en otras políticas.
Se abre, por tanto, una nueva etapa en la que será la anterior segunda vicepresidenta, Mercedes Aráoz, quién pase a ocupar el puesto de primera ministra y en la que han sido ratificados en sus cargos la mayoría de los ministros; si bien, se han producido cambios significativos que han sido leídos en dicha clave de concesiones a los partidos de la oposición peruana. No en vano, estas fuerzas, pese a perder la elección presidencial, tienen la mayoría en el Congreso.
En particular, es el fujimorismo de Fuerza Popular (FP) quien controla el legislativo; y de esta forma, cambios en carteras como las de Educación y Justicia se interpreta que podrían allanar el camino a medidas reclamadas por éstos como el indulto del expresidente Alberto Fujimori, padre de la líder de FP, Keiko Fujimori. Y también poner fin a otras reformas cuestionadas por la oposición como la educativa que buscaba impulsar la igualdad de género y fijar unos estándares mínimos para las universidades privadas.
Sin embargo, pese a que también ha habido cambios en ministerios como Economía y Finanzas, Educación, Justicia, Vivienda y Construcción y Salud; el hecho de que hayan sido ratificados los otros trece ministros en sus cargos, se interpreta por los analistas consultados por el diario peruano La República como una señal para los inversores de que el Gobierno mantendrá la continuidad de sus políticas económicas.
De hecho, la nueva primera ministra se ha manifestado en este sentido, al señalar que no habrá cambios en las políticas públicas; si bien reconoció que tratará de mejorar la relación con el Congreso y que, por ello, ya ha mantenido conversaciones con el presidente del Congreso, el fujimorista Luis Galarreta. De esta forma, el nuevo gabinete se presentará ante el pleno durante la primera semana de octubre.
Y el acercamiento de Aráoz ha sido recibido de forma positiva por Galarreta quien en su cuenta de Twitter ha mostrado su disposición a comenzar «una nueva etapa? en las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo. Asimismo, aseguró que el Parlamento ?seguirá dispuesto al diálogo y la búsqueda de consenso por el Perú?.
Con todo, el nuevo Ejecutivo necesitará también cambiar su imagen entre la opinión pública ya que, según los datos de una encuesta realizada por Ipsos en las últimas semanas, la aprobación de Kuczynski cayó 7 puntos porcentuales en septiembre y se ubica en 22%. Es decir, a poco más de un año de iniciada su gestión, Kuczynsi y la aceptación a la gestión de PPK bajan su valoración por cuarto mes consecutivo.
Por el contrario, la desaprobación al Gobierno de Kuczynski ha subido 8 puntos porcentuales en el último mes y alcanza ya un 72%; mientras que el Congreso de la República, registra unos valores de un 25% de aprobación y un 64% de desaprobación. Una mejoría margina que, sin embargo, sí es más sensible en el caso de Galarreta, quien tiene una aprobación del 29% y una desaprobación del 43%, según Ipsos.
Keiko Fujimori también presenta cifras más favorables, si bien su figura genera una mayor polarización que Galarreta ya que mantiene una aprobación del 38%, pero una desaprobación de 54%. Todo ello, mientras se acaba de conocer que el fiscal José Domingo Pérez ha solicitado que se tome declaración a Marcelo Odebrecht porque considera que existen indicios que podrían relacionar a la líder de Fuerza Popular con el escándalo de concesión de sobornos en torno al gigante de la construcción brasileña Odebrecht.
