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Mientras el país se para contra Temer, el Banco Central divulga nuevos datos desalentadores

Nuevo (doble) jarro de agua fría para Brasil

Bandera de Brasil

Mientras el país se para contra Temer, el Banco Central del país ha desveldo que Brasil registró un déficit presupuestario primario de 30.736 millones de reales (9.300 millones de dólares) en mayo. Mientras Brasil sale a la calle y paraliza su actividad productiva para protestar contra su presidente no electo, Michel Temer; su Banco Central ha divulgado los datos sobre el déficit presupuestario primario del mes de mayo y las noticias no son en absoluto alentadoras para el Jefe del Estado carioca.

Menos aún si se tiene en cuenta que el consenso del mercado esperaba un déficit situado entorno a los 21.050 millones de reales; ya que la realidad es que éste ha subido hasta los 30.736 millones de reales; casí un 50% más. Una cantidad aproximada de 9.300 millones de dólares tan solo en el mes de mayo.

Además, este pésima cifra llega después de que en abril se alcanzase un superávit presupuestario de 12.900 millones de reales. Es decir, a la frustración para las esperanzas de regeneración de la vida política brasileña que supone la permanencia en el puesto de un presidente en torno al cuál se multiplican los escándalos y acusaciones de corrupción; se suman también datos que apuntan a que la recuperación económica que se eperaba para este año podría finalmente no producirse.

En gran parte, por culpa precisamente de la inestabilidad que están generando los escándalos asociados a la política brasileña, convertida en un cenagal del que casi nadie se libre y en el que, a veces, parece imposible saber si quedará algo en pie una vez se diluciden todas las líneas de investigación en marcha. O tan siquiera si, desde el poder político, se permitirá que ésto pase.

Ayer mismo, por ejemplo, la Cámara de Diputados del país carioca recibió la denuncia del procurador general de la República, Rodrigo Janot, en la que denunciaba a Temer, por un supuesto delito de corrupción pasiva. Un proceso que podría acabar con Temer apartado de su cargo mientras es juzgado y que, en todo caso, le convierte en el primer presidente en la historia de Brasil denunciado por corrupción. Pero un proceso también que podría ser frenado por los propios aliados políticos de Temer en aras de una pretendida estabilidad que difícilmente llegará de la mano de las componendas.

Hoy mismo, centenares de personas han bloqueado las principales carreteras del país en ciudades como Sao Paulo, Río de Janeiro, Brasilia, Salvador, Belo Horizonte, Curitiba, Porto Alegre, Natal o Goiania, precisamente para protestar contra esas componendas que permiten que un Gobierno asediado por escándalos de corrupción como el de Temer en lugar de rendir cuentas siga impulsando reformas tan controvertidas como una reforma laboral, cuando además se trata de una figura que, en un sistema presidencialista, tampoco fue elegida por mandato popular.

La de hoy está siendo ya la segunda huelga general en contra de la actual Administración, en apenas dos meses, tras la que tuvo lugar el 28 de abril. En aquel entonces, tuvo lugar la primera huelga general en 20 años; un indicador más de que hay que remontarse muy atrás para encontrar precedentes a la situación de inestabilidad que atraviesa actualmente Brasil.

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