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Nacha Pop

Nacha Pop

Estamos en el año 2017. Más de treinta años después de la explosión de la Nueva Ola madrileña, después conocida como Movida. Pero, a veces, uno podría tener la impresión de que los viajes en el tiempo existen. Y eso puede pasarle a cualquiera que asista al próximo concierto de Nacha Pop. Estamos en el año 2017. Más de treinta años después de la explosión de la Nueva Ola madrileña, después etiquetada y conocida como Movida. Pero, a veces, uno podría tener la impresión de que los viajes en el tiempo existen. Y eso puede pasarle a cualquiera que asista al próximo concierto de Nacha Pop.

Será el 15 de mayo, en Wifink Center de la madrileña Plaza de Dalí. Y la histórica banda, que ahora lídera en solitario Nacho Vega, forma parte de un cartel compuesto por grupos nacionales e internacionales que, canas aparte, parece sacado de cualquier macroconcierto de la década de los ochenta. Y de los buenos.

Junto a Nacha y a sus temas inmortales, también, por supuesto los que compuso Antonio Vega, desfilarán por el escenario del antiguo Palacio de los Deportes, otras bandas ‘ochenteras’ hispanas –Los Pistones y el ex Siniestro Total, Miguel Costas– e internacionales –The Stranglers, Echo and the Bunnymen e Immaculate Fools-.

Casi todos peinan canas, pero siguen en forma, según hemos podido comprobar en los últimos tiempos. Hay discos nuevos, giras y conciertos que demuestran que, por encima de los simples ejercicios de nostalgia, que el viejo pop rock aún tiene recorrido. Gracias, claro a las buenas canciones, las guitarras contundentes, los ritmos frenéticos y las melodias memorables.

El evento en el que el público madrileño podrá disfrutar del sabor agridulce de los antiguos amores se llama ‘Una noche en La Movida’ y para que nada falte, tendrá un maestro de ceremonias a la medida. Nada menos que Jesús Ordovás, uno de los locutores de radio que más activamente defendió aquel movimiento desde su micro.

Y en los tiempos muertos, el Wizink Center mudará de piel para convertirse en aquel Rock Ola de nuestros secretos inconfesables que marcó el ritmo de la vanguardia musical entre 1981 y 1985. Para lograrlo, los organizadores han contado con Magín y Pepo, dos de los disc-jockeys que pincharon en la mítica sala de Padre Xifré.

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