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Lichis

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Escuchar ‘Modo Avión’, el nuevo disco de Miguel Angel Hernando ‘Lichis’, es como volver a tener noticias de un viejo amigo. De un músico que recorría Lavapiés con su bajo, cuando la movida madrileña se había desvanecido muerta por pura irrelevancia, y algunos buscaban un camino entre las ruinas. Escuchar ‘Modo Avión’, el nuevo disco de Miguel Angel Hernando ‘Lichis’, es como volver a tener noticias frescas de un viejo amigo. De un músico que recorría las calles de Lavapiés con su bajo, cuando la movida madrileña se había desvanecido muerta por pura irrelevancia, y algunos, como él, buscaban su camino entre las ruinas.

´Lichis’ encontró su sitio entonces, subido en una Cabra Mecánica. Un proyecto fresco e irreverente que hasta se atrevía a reivindicar a divas castizas como María Jiménez en aquella magistral ‘Lista de la Compra’ que, sin embargo, casi termina con un artista poliédrico y empeñado en no repetir las fórmulas ya comprobadas.

Afortunadamente, se mantuvo en pie, y pudimos seguir sus andanzas en proyectos arriesgados y estimulantes, como aquel ‘Miguelito’, con que se subió por primera vez al escenario de Libertad 8 y recorrió los bares de cantautores de Madrid. O la Pandilla Voladora, donde compartía los focos con tipos tan especiales como el mismísimo Albert Pla.

Y hasta llegamos a verle empuñando de nuevo el bajo con furia roquera en otros garitos, reconvertido en músico de versiones. Quizá fuese allí donde se encontró de nuevo cara a cara con el rock and roll, mientras recreaba, por ejemplo, el repertorio de Deep Purple a altas horas de la noche en el Honky Tonk.

Ahora estamos ante un nuevo comienzo. O algo parecido a eso. Aunque el artista medite cuál será su próximo paso mientras presenta por toda España su último disco. Un álbum lleno de canciones poderosas, aliento rítmico y esa melancolía callejera que siempre parece acompañarle.

Por fortuna, ‘Lichis’ no ha abandonado su deseo de aprender. Ni su capacidad para ser generoso con quienes ahora, como le pasaba a él hace tres lustros, pelean en la noche madrileña por abrir nuevos caminos artísticos y terminar con la monotonía dominante. Ellos también tienen la suerte de tenerle como referencia.

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