Con el 96,39% del escrutinio realizado, los resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE) dan a Moreno de la gobernante Alianza País (AP), el 51,12% de los votos; frente al 48,88% de Guillermo Lasso, candidato de CREO-Suma. Después de una tensa campaña electoral en la que la oposición ecuatoriana ya dejó esbozado que no pensaba aceptar de buen grado un resultado adverso, era previsible lo que hoy se ha producido: denuncias de «fraude» ante la victoria del oficialista Lenin Moreno.
Lo que, sin embargo, no estaba en la mayoría de las previsiones era un resultado tan ajustado como el que finalmente ha tenido lugar. Con un 96,39% del escrutinio realizado, los resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE) dan a Moreno de la gobernante Alianza País (AP), el 51,12% de los votos; frente al 48,88% de Guillermo Lasso, candidato de CREO-Suma.
Se confirma así la tendencia al alza que le daban las últmas encuestas que, no obstante, coincidía todas en presentar como ganador a Moreno por un margen bastante más claro del que finalmente parece haberse producido.
Una situación que ha parecido dar alas a la oposición a la hora de apostar por la estrategia de deslegitimar el resultado que lleva ensayando desde la primera vuelta. De hecho, ayer, a propósito de una primera encuestas a pie de urna de la empresa Cedatos que le daba como ganador, Lasso aprovecho para proclamarse vencedor en las redes sociales y conceder entrevistas adelantando algunas de las medidas que pensaba tomar como gobernante.
Una estrategia arriesgada si se pretendía tener la certeza de la victoria, máxime cuando desde el primer momento existían otras encuestas a pie de urna que ofrecían resultados divergentes. Pero no sí lo que se pretende es iniciar una estrategia de tensión y deslegitimación del nuevo Gobierno.
Una vía que parece ser la elegida por Lasso que no solo ha denunciado pretensiones de fraude y ha anunciado que presentará todas las objeciones posibles, sino que pretende esclar el conflicto internacionalmente a través de la solicitud de ayuda al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.
Además, se han producido incidentes en los alrededores del CNE en Guayaquil, donde se congregaron seguidores del propio Lasso; y según el propio presidente saliente, Rafael Correa, también ha habido brotes de violencia en Quito, Esmeraldas, Ibarra y Azogues. Una estrategia de la tensión de la que habrá que estar pendiente en los próximos días.
